Me reconozco en ese asombro, en esa alienación (en el sentido de hacérsenos ajeno) que nos producen los textos viejos, los apuntes y hasta las lecturas. Y es que efectivamente éramos otros, un yo alterado, como la voz que uno escucha cuando se graba y dice no soy yo, o cuando enfrenta el espejo una mañana y no está el niño remolón para la escuela sino esto... Claro que en mi caso adquiere proporciones de estafa tamaña imagen, no creo que sea el tuyo.
Gracias Marité por componer tan bello poema de lo que fue, lo que leíste y lo que escribías. Qué valor tienen esos márgenes! Qué valor tu recuerdo! Qué coraje para releer!
Saludos.

Marite:)... hiciste una mezcla perfecta, entre esos versos de tan grandes autores... y tu pluma tan intacta y original;... da un verdadero toque de nostalgia, entre las imágenes que expones! Se le quiere! Abrazos!