Del libro "Poética de las sombras" - Leyendas de la Luna
Publicado en Sep 16, 2011
Prev
Next
Image
LEYENDAS DE LA LUNA

Soy representante de la Luna,
la propia Luna y viajo
en noches sin lluvia y despejadas,
desde mi castillo cósmico
hasta los dominios que poseo
sobre playas desérticas e ignotas.

Esposa-hermana de mi padre el Sol,
en Babilonia me confundieron con Sin,
dios que cruzaba el firmamento
en su barco de jarcia esplendorosa.

Soy el dios Suki Yoky del Japón,
que prefiere figurar como un conejo
recostado en el rostro de la Luna.

Algunas tardes me baño en el océano
antes de partir en mi carroza de plata;
tengo predilección por los amantes
y acaricio a mi propio enamorado
cuando se encuentra dormido.

Soy Cheng O, diosa de la Luna china,
joven que robó al marido
su elíxir de la eterna juventud
poco antes de volar a su castillo,
situado en los espacios cósmicos,
donde vive feliz y solitariamente.

Hina, diosa de la vida y de la muerte
en varias islas de la Polinesia,
que una vez se retiró a sus lares
al terminar los deberes de la noche,
para tejer su tapa (tela sin tejer)
con la destreza del mayor baniano.

Las estrellas brillantes sobre Rusia
son semillas engendradas por Sol,
pese a mi relación casi platónica
con el padre y abuelo de los dioses.

Para el África tuve en otro tiempo
un rostro suave, inmaculado y bello,
hasta que mi amante lo salpicó de barro
como venganza por mi independencia.

En otras partes dos soles existieron
igual de ardientes, ebrios e impulsivos,
hasta que yo me zambullí en un río
de aguas caudalosas y violentas,
quedando con estigmas imborrables
por el áspero furor de la corriente.

Como toda mujer inteligente
presento una actitud polifacética,
además de mi belleza legendaria,
envidia y maldición de mis rivales.

En las tribus algonquinas norteamericanas
desaparezco del cielo cada mes,
con el fin de hacer que vuelva el Sol
cuando se pierde en sus partidas de caza.

En Australia, cansada y dolorida
de hacer el amor con mi eterno compañero,
me tomo tres noches de reposo
para restaurar fuerzas perdidas,
huyendo de los campos siderales.

En Centro y Suramérica me ven
de diferentes maneras y tamaños
cuando inicio mi viaje intermitente
por los amplios senderos del espacio
buscando soledad y paz etérea.

Dicen finalmente que demuestro
ser menos inconstante que mi esposo,
pues mi blanca sonrisa nunca cambia
en épocas de invierno y de verano,
mientras él se enfría o se calienta solo
teniendo en cuenta la estación del año.
Página 1 / 1

Comentarios (4)add comment
menos espacio | mas espacio

MAVAL

Hola Verano
me gusta el caris que le da a la luna
sapiencia en sus andares y detallan su efluvio al rodar
pegada al planeta que la ama...
ella sin duda es quien de cierta manera controla
la fuerza magnética de la Tierra ...y tiene que ver
en muchos de nuestros formas de actuar como seres vivientes...

mi saludo cordial!
Responder
October 08, 2011
 

Verano Brisas

Gracias Luis José por tus apreciaciones. Te mando un abrazo fraterno. Verano.
Responder
September 16, 2011
 

luis jos

Verano:)... me gusta como te refieres a la luna, expandiendo sus secretos a través de mitologías, mas que un poema... seria como una base de conocimientos, sobre diferentes culturas. Muy bueno. Abrazos!
Responder
September 16, 2011
 

Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.

busy