Estimado Eduardo:
Cuando empecé a subir mis textos en Textale (abril del 2009), me alegré del primer comentario recibido. En ese tiempo había terminado un librito que de acuerdo al formato de letra puede ser de 110 a 150 páginas. Esta obra todavía inédita  la hice pedazos para subirla en relatos cortos a este portal. En aquellos tiempo, los administradores elegían diez textos que los ponían como destacados. Por ahí, salieron algunos de mis escritos. Esto me dio inspiración para seguir subiéndolos. Luego desapareció esta inspiración (los destacados) y algunos meses después, también desaparecí como ¨escritor de Textale porque nadie me leía (aclaro que tampoco hago muchos comentarios). Pero, continué escribiendo y en dos años ya terminé otro libro y el tercero está por salir. Algunos párrafos de estos  andan en el portal con algunas lecturas y comentarios recibidos. En las noches, mínimo tres veces por semana me la paso leyendo (sin comentar)  a los autores de por aquí para que vengan nuevas ideas. Y  cuando me falta un adjetivo o sustantivo y los encuentro en los textos de ustedes, pienso en voz alta, diciendo como el chavo del ocho: eso, eso, eso. Es decir, esa palabra era la que quería en mi oración. Así que, mi estimado Che, debes seguir escribiendo, pues creo que en uno de tus textos he encontrado la palabra olvidada que alguna vez me faltó.  Y aunque no me lean, yo ya estoy pensando enviar mis dos libros a un concurso, luego de que me corrijan algunos defectitos que tengo en mi escritura. Camino lento, sin apresurarme, pues estoy convencido que si algo llega, llega solito sin forzarlo, naturalmente, hay que buscarlo...


Saludos,
Carlos