Hojas secas y chaquetas mojadas
Publicado en Oct 28, 2011
Haced lo que queráis, a nadie le importa. La gran idea humana. Finalmente destinada a maltratar el mundo. Hombre y mujeres que se creen únicos en su especie. Nunca tuviste una voz.
Otro día hubiera escrito la biblia sobre la ayer ocurrido. Había sabia en las cortezas de los árboles mirándonos. Sus ramas. Hoy solo digo esto: cama. Beverly Park – Prince. Black Snake Moan - Blind Lemons Jefferson. Meditación. No debería estar tumbado. Quiero aprender sin cansarme. Qué poco es un minuto. Qué poco dura un instante. La fugacidad de la vida ha quedado ya clara desde hace varios años, pero desde luego, necesito más tiempo con mi edad. Mas tiempo con un año más, y así. Sin alterar el orden de conciencia que ilumina cada día, cada neurona de todos los cráneos transeúntes de este mundo. No conozco a nadie. Quiero saber por qué me odia. Qué asco de vida, saber que es perfecta y que no me guste. Es una puta mierda. Suena Miles Davis – Movie Star. Ciertamente, veamos lo que estoy pasando Adicción a una ficción casi real pero en vano. Más. El problema sigue siendo el de siempre. Dios. Necesito el manojo de llaves. No la salida. No quiero salir. Eso me da igual. Quiero el manojo de llaves. Quiero tener la sensación de tener el poder, condicionar las claves Sabes que nunca he estado tan aburrido como hoy Doy lo que doy, mejor me voy y hago mutis por el foro, suficiente, alguna clase de gente soy. Si. Después de no para de decir tonterías, llego a la conclusión mientras suena Get Yo Groove On de Prince en directo. Hoy huele a pasado, a retrospección hasta hace 15 años. A álbum de fotos con páginas afectadas con un tono de café, que solo el tiempo deja en lo blancas que son hoy. Huele a difuntos resucitados, a un hogar anterior ya pasado entre el la memoria y el polvo. A recuerdos hacedores de sonrisas de breves segundos. A inconsciencia del sujeto que pudiéramos ser entonces, a Radio al mediodía y sueños desde una jaula que ya no mece. Crece el crecimiento. Sin ofrecimiento alguno, la memoria me dijo hoy que echara un vistazo a una imagen que tengo en el cerebro. Un salón el uno de cualquier mes que contuviera niños, una televisión anticuada, una abuela y el olor de un puchero hirviendo cebolla. Sonaría una canción en la antes mencionada Radio, cuya labor daba al ambiente un sonido y gusto más dulce, que es, a fin de cuentas lo que los ha hecho en mi memoria persistentes. Alguien está diciendo mi nombre. Alguien me está llamando ahora mismo. Señor. ¿qué debo hacer? Llama a tu madre. Vamos ¿tú y qué ejercito vais a venir aquí? Venid si creéis que podéis tocarme. Tu y tus payasos. Glorioso imperio romano. Olvidas tan fácilmente.
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