Aren Larsen fue el menor de tres hijos del famoso empresario Row Larsen. Fue un niño solitario con problemas de obesidad y  tanto sus hermanos mayores así como compañeros de escuela lo hacían objeto de burlas con frecuencia.
Aren fue víctima de abusos y bromas pesadas por parte de sus hermanos y compañeros. Alguna vez, en una de estas jugarretas, al caer vendado de ojos a una piscina profunda, estuvo a punto de perder la vida.
Se distinguió por ser un muchacho aplicado en sus estudios, reservado y huidizo, con un problema de tartamudez que denotaba inseguridad. Pronto destacó en la escuela media y la universidad donde además empezó a perder peso.
No era bueno con las mujeres. No se le conoció nunca una relación formal con ninguna. Aunque se convirtió en un joven guapo y apuesto, siempre se condujo con reserva frente a las chicas que se enamoraban de él.
Aren declaró su culpabilidad en doce casos de secuestro, así como su participación en la elaboración de películas snuff para el mercado negro. Era especialmente cruel con las mujeres y los niños a los que torturaba brutalmente hasta la muerte. La evaluación psiquiátrica de Larsen declaró que padecía una desviación mental severa por la cuál no se le condenó a la pena máxima  y se le recluyó en un sanatorio psiquiátrico para homicidas de alta peligrosidad.
Aren solía encontrar excusas para atrapar a sus víctimas. Solía atrapar a "gente abusiva y malvada que hacía daño a personas inocentes", por lo que se le había formado cierta obsesión justiciera de su persona.
Cuando secuestró a Beatriz S., Roberto R., y Carolina T. llevaba tiempo asistiendo a terapia y redimiendo "sus demonios". Sin embargo, el contacto con Mara reactivó sus vivencias infantiles y lo devolvió a sus antiguas prácticas.
A Beatriz y a Roberto los secuestró en la discoteque, cuando discutían a espaldas del edificio.
Los tuvo encerrados en bodegas clandestinas, y ocasionalmente los llevaba al hotel. Allí los narcotizaba y los obligaba a tener relaciones sexuales, para filmarlos y distribuir la mercancía en el mercado negro. Beatriz y Roberto se distanciaron después de aquella dolorosa experiencia y nunca volvieron a verse.
Con Carolina T. fue más lejos pues solía violarla con todo género de violencia. Carolina nunca salió del hotel y los lamentos que escuchaba el personal durante la noche eran de ella. Estuvo encerrada en la suite 1378 donde murió estrangulada una semana antes de ser encontrada.
Aren dirigió a Mara dos cartas donde explicaba los detalles del secuestro y muerte de Carolina. Los médicos y especialistas concluyeron, del análisis de estas cartas, que definitivamente Aren estaba muy enfermo y su rehabilitación era prácticamente imposible.
La experiencia vivida con Larsen, fue tan traumática para Mara, que bajó de peso (sólo un poco) y perdió por completo sus habilidades premonitorias.
Aquella tarde, visitaron con Beatriz la tumba de Carolina.
Le dejaron flores y Mara, una carta:
"Hola:
Sé que ya descansas en paz y te agradezco que me hayas elegido para atrapar a Larsen, quien me ha dado una lección de vida que jamás olvidaré.
Nunca pensé que ponerme en el papel de víctima fuera a generar tantas desgracias. Nunca pensé que te arrastraría a semejante tragedia y que morirías de esta forma. Nunca pensé que odiarte fuera tan peligroso, porque me era fácil hacerlo y no preocuparme por ello.
Lamento haber conocido tu lado humano cuando ya no estabas aquí. Porque aunque en vida no creyeras en los fantasmas, te convertiste en uno.  Y lejos de hacer daño (como otras almas atrapadas),hiciste lo que era correcto y le devolviste a otros su libertad y su salud.
Gracias Carolina, gracias por llamarme, gracias por ayudarme, gracias por ser una buena amiga.
Adiós. Ya nos volveremos a encontrar en la otra vida.
Mara
P.D.: En cuanto a Larsen, no lo odio. No volveré a caer en ese círculo de interminable resentimiento una vez más. Pues como dice Albert Camus:
‘¡Quién necesita piedad, sino aquellos que no tienen compasión de nadie!' "
FIN