RESONANCIA DEL CANTO  
Es una lástima
que no se haya tenido
la paciencia
de escuchar los gorgeos
de la lengua de los pájaros,
ni aquel largo rumor
del océno del oeste,
y tampoco la melodía
del canto de los vientos,
de aquellos que a pesar de ser suaves
se filtraron por un sendero intrépido
hasta ese corazón
rebozante de nieve silenciosa
caída de un norteño cielo azúl.
 
Pero ahora la pretensión
de un castigo sin sonidos,
de una postración
en una yerma tierra,
de un azusamiento,
de una precipitación
en un abismo desolado,
desconoce la fuerza
de mi voluntad
y la certeza oportuna
de la leche que ha manado a mis pies,
como se ha visto hasta hoy.
 
 
 
SAN JERÓNIMO LÍDICE, NOVIEMBRE 10 DE 2011.