AYER
Publicado en Nov 10, 2011
AYER
Ayer tu cara reflejaba los bienhadados estragos de un insomnio provocado, presumo yo, por las preocupaciones de nuestras discrepancias en los asuntos de trabajo. Pero te digo, eso no tiene importancia. La tiene para mi, el hecho de que te preocupes de que te desveles por una discrepancia que tu y yo remediamos, tu, cuando me dices: no estoy de acuerdo, pero si usted me da la instrucción… y yo exijo suavemente que lo pienses nuevamente y luego desmenuzamos el asunto hasta estar de acuerdo, tu con tu sonrisa y yo con la inútil seriedad de estampar mi rúbrica. SAN JERÓNIMO LÍDICE, NOVIEMBRE 10 DE 2011.
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