Hacer el amor...
Publicado en Nov 17, 2011
De repente, sentí una terrible necesidad, de hacerte el amor...
Los humos se me subieron a la cabeza y del vapor de tu boca que se desvanecía y confundía con el aroma de tu ropa. Todo comenzó a dar vueltas, cien de ida y sólo una de regreso, de las veces que revolvías mi cabello y sostenías fuertes mis deseos, de los instantes que paraba para respirar de tu aire delirante, porque me dejabas sin alma, me dejabas exhausta... Y continuaba bebiendo de tus labios el néctar que sobraba, alimentandome de tu piel, papel donde me inspiraba y fumaba de contracciones involuntarias. Sentí la desorbitada idea de besar tu piel, tu cuello, empapar mi nariz de tu aroma, besar tu espalda y cintura, besar hasta en lo más recóndito incluyendo comisuras, besar cada poro de tu implorante papel, que se erizaba al contando de mi fría piel... Sentí que tenia que viajar, navegante, amante de tu cuerpo y dueña de tu placer, sentí adentrarme a tus pensamientos y darle vida al cerezo de tu cuerpo... Sentí la enloquecida idea de delinear tu cuerpo, marcar el contorno de tus senos, acariciar tu escultura hasta acabarme los dedos, y moldear tu cintura hasta perderme en las montañas mientras te dibujaba la luna, sentí reconocer, cada roce al contacto de las sabanas y la fría madrugada del sol por aparecer... Sentí la necesidad de mis manos ver, lo que en la oscuridad mis ojos se negaban conocer, mis ojos tapados y mis manos como las de los ciegos mirando, presentando en cada acto, una nueva forma de ver, el amor que brotaba como agua bendita de tu exorbitante miel... Sentí la necesidad de cubrir mi cuerpo con el tuyo y respirar a la vez de tu susurro, sentí adentrarme al mar que revolcaba mis besos dentro tuyo, sentí latir al ritmo tu agitado mundo, sentí morir... al momento que llegabas y apretabas mi espalda hasta que terminabas y suspirabas... Sentí la necesidad de tomarme un café bien amargo, porque sentía que bebía de tus labios, sentí las gotas que recorrían tu espalda y terminaban por evaporarse sobre tu piel previamente calentada... Sentí, la inmensa necesidad de nuevo, arrancar y decir: Roxanne, eres un sueño, del que nunca quiero despertar... "noches difíciles, imaginación impredecible"
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