Sobre Mariconismos y Otras Yerbas.
Publicado en Dec 01, 2011
El respeto a los derechos humanos da para mucho. A veces da para demasiado. Hoy resulta que si un adolescente comete un delito no puede ni siquiera ser nombrado por su nombre para no perjudicar su imagen ya que en el futuro, hipotéticamente, podría ser discriminado. Algo similar ocurre con los maricones (me voy a referir a ellos como "maricas" en adelante pues el sustantivo es algo peyorativo y fuerte para oídos algo más finos que los de uno) quienes han salido en los últimos tiempos a mostrarnos su otrora disimulada conducta afectiva para darse a conocer a los cuatro vientos y decirle al mundo: existimos, somos así y queremos que nos tomen en cuenta. Yo estoy absolutamente de acuerdo en tolerar que existan, es una más de las infinitas condiciones a que nos puede llevar la caprichosa naturaleza; con lo que disiento totalmente es con el hecho de que se publiciten y hagan aspavientos de su condición, sobre todo en los medios masivos de comunicación ya que sus mensajes pueden ser tomados por niños que podrían pensar que el ser marica es una condición normal en los seres humanos. Y no lo es. Los seres humanos han sido concebidos para ser hombre y mujer, macho y hembra, falo y matriz, de manera de asegurar la perpetuidad de la especie; cualquier condición distinta es una anormalidad; podremos estar o no de acuerdo en aceptar y dejar vivir, pero en lo que no podemos estar de acuerdo es en permitir la propagación de la anormalidad entregándoles mensajes a los más jóvenes porque son los más receptivos y porque permanentemente están buscando íconos para imitar. También puedo estar de acuerdo con que sean tomados en cuenta, con que no se los discrimine, pero de ahí a convertirlos en actores principales...Y resulta que sí se han convertido en actores principales. Están el la TV comentando espectáculos, amenizando programas de farándula, están en la moda, en las peluquerías, están en todas partes y ahora se publicitan, hacen valer sus derechos; yo les caducaría de raíz sus derechos si con ellos pasan a llevar el derecho que tiene un niño a ser formado de manera normal, de no ser influenciado por íconos anormales. Y resulta que ahora la moda se les pegó a ellas, resulta que se está usando ahora que ellas también se suban al carro del mariquismo publicitado y con ello desvían a la camada más joven de niñas que las ven. ¡Notable! ¡Hay que respetarles los derechos! Tremendo drama que deben estar sufriendo las mujeres normales del planeta, ¿saben por qué? Porque resulta que si entre los hombres hay un porcentaje de maricas, ¿un diez? ¿un veinte? ¿un treinta? ¿un cuarenta por ciento? (Dios nos libre) y si resulta que entre los hombres bien hombres que quedan hay otro porcentaje de impotentes (Dios nos vuelva a librar), ¿cómo putas nos reproducimos me pregunto yo? ¿qué porcentaje de parejas con afectos normales nos van quedando? ¡pobres féminas!
El obispo Tarcisio Bertone dijo hace algún tiempo que existe una relación entre homosexualidad y pedofilia y casi se lo comieron vivo; ¿quienes? Entre pedófilos y maricas pues. Claro que existe tal relación, claro que la pedofilia es propia de maricas, tiene toda la razón el obispo, pero, ¿cómo se le ocurre desprestigiar tanto a los maricas? ¿cómo se le ocurre afirmar que una práctica tan deleznable sea causada por maricas? ¿con qué derecho pasa a llevar sus derechos? Déle no más padrecito, mantenga sus afirmaciones y que no lo consuman los sodomitas disfrazados de personas normales. Hace algún tiempo, y con el ánimo de hacer música y de hacer recuerdos del notable compositor argentino Mario Clavell, busqué en la red la letra de una canción de los años cincuenta, Carlos María se llamaba, y en ella hacía risas de un marica del barrio llamado con ese nombre; encontré la lírica de todas las canciones del mencionado autor menos la que yo buscaba; no está, no existe, se la tragó la tierra. A eso yo le llamo solidaridad entre maricas. Nadie, pero nadie en este planeta es capaz de dimensionar la magnitud del problema que estamos comentando y menos habrá alguien capaz de visualizar las consecuencias futuras en la sociedad; si resulta que ahora se casan los perlas. ¡Pa' la risa! Quiero insistir en que no me animan sentimientos homofóbicos en mis opiniones, entiendo que no podemos impedir que existan maricas en la sociedad y entiendo y acepto que tenemos la obligación de convivir con ellos en nuestras actividades cotidianas. Lo que me preocupa es la divulgación que se les da y el cómo lo toman nuestros niños. Si quieren hacer sus vidas a su modo, allá ellos, es su vida privada, pero no vengan con que hay que publicitarlos amparados en derechos de dudosa legitimidad. donbaldomero. P.S. Cadaunoconsusgustosdecíalaviejaysecomíalosmocos.
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