Selobra.
Publicado en Dec 01, 2011
Recuerdo que mientrás viajaba a la tierra de los Selobra una inquietante sensación de magia inundó mi ser. Recuerdo que sólo llevaba conmigo un trozo de ideas, medio litro de sueños, y una intensa necesidad de respirar el aire de los Selobra. Recuerdo que un día antes por la mañana me levanté de un largo sueño en el cual los Selobra me mandaban una invitación que decía lo siguiente: "Señor de los ojos de ansiedad conforme a las numerosas veces que ha solicitado con impertinencia su deseo de visitar nuestras tierras, el consejo ha decidido darle una oportunidad de conocernos. De acuerdo a nuestra leyes internas sólo podrá estar 12 horas con nosotros, usted tendrá que encontrar al camino y el reloj que lo llevará de regreso. Lo esperamos inmediatamente. Pd: Favor de no llevar cosas de su mundo material, At. los Señores del Selobra. En el principio del instante no comprendí las palabras de los Selobra pues estaban distribuídas en un idioma mental el cual yo tuve que interpretar y organizar en el papiro que apareció en mi cama segundos después que desperté. No contuve mi emoción pues incluso ya tenía medio año de lluvia visitando continuamente la idea de visitar a los Selobra. Pero ellos nunca repondían mis gritos ahogados. Y tal vez era por mi necesidad de que me respondieran. Una noche antes de que Los Selobra me respondieran recuerdo que visité por la tarde los sueños de un viejo sentimiento de ansiedad que presentaba en la mesa mientrás comía. Envuelto en la ansiedad, mis sentidos jamás se dieron cuenta que mi ser había abandonado mi cuerpo material para intentar de nueva cuenta hablar con los Selobra. (Ahora entiendo como llegué a la habitación y como fue que el libro sobre mi cama desapareció por la mañana en el momento que apareció el papiro) Abandoné mi cuerpo y salí en busca de el camino existencial el cual me llevaría encontrar la tierra de los Selobra. En un principio pensé encontrar Rinocerontes de mar. Cuando di la vuelta en el tiempo Encontré rinocerontes flotando. Ahora Voy en busca del camino, y me pienso perder. Una Nube amplia corría en el espacio como corriente de tiempo. Me paré atónito ante un árbol de cielo que caía del universo impregnado en sus hojas de un brillo que mis ojos disfrutaban. El color resplandeciente era inimaginable y lo imposible me lo hacía real, abordé la primera hoja del tronco más brilloso y desaparecí con todo y recuerdos. Tiempo después aparecí con los ojos vivos y el sol letargico sobre mi frente. Un día después desperté con el ruído de los coches, recordando que Selobra era solo el juego de poner al reves la palabra "Arboles" o entre otras cosas del mundo terrenal "Selobra" Por: Gibran Escobar.
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