No es fácil nadar en el limbo.
Publicado en Dec 02, 2011
Recostada en el ocóchale que cae de mi verde cielo, escucho tu murmullo, viajando, impulsado por las ramas de los árboles, anhelo saber el origen de aquella hipnotizante melodía, esa que logra infundirme valor, y cuando el viento no sopla; calla, y vuelvo al mundo.
Hace tiempo, decidí entrar en la jaula y arrogar la llave al pozo, he dejado que el destino guiara mi andar por la asfáltica vida, he estado ciega y somnolienta; he despertado y retirado la venda, me ha segado el sol, más no me ha decepcionado, desplegare mis alas; voy a surcar el cielo. Hoy desperté con ganas de volar pero no encuentro la salida, y aun cuando la encontrara no tengo la llave. No es fácil flotar en el limbo. Pero he de salir, necesito escapar, no temo caer de los algodones de piloncillo, temo que mis alas no tengan la fuerza suficiente para alcanzarlos. La oscuridad me atrapo, pero nunca pudo acallar los mormullos de mi corazón inválido, no he sabido guiarlo hasta mi alma, va dando tumbos por la negra mazmorra en donde sobrevivo prisionera de temores, no es fácil flotar en el limbo. Amargos atardeceres sombríos, y para amanecer suelo sumergirme y nadar en el pasado, ojear entre sonrisas y consejos, imaginar bifurcaciones del espacio; iluminar con aprendizaje mis errores. No es fácil nadar en el limbo. Hoy no deseo la misma ruta; esa que ya conozco, me es monótona, mi alma desea salir del camino. Deleitarse en las veredas poco transitadas que se elevan en algún lugar, anhelo que mis pies descalzos saboreen la tierra, y se regodeen, danzando igual que alas en el aire. No es fácil salir del limbo. No quiero más guerras en mi alma, pero no me someteré al capricho del destino, no me entiendas mal, no te culpo, pero no tienes mas las riendas, no de esta carreta; he de guiarla yo. He vuelto a sonreír; pero no con esa sonrisa formal he hipócrita, he vuelto a escuchar mi riza, esa que tanto añoraba mi madre, pues temía que la hubiera perdido, en la ultima mudanza, en donde perdí mas que las cosas materiales y recuerdos no conocidos, perdí a los Ángeles que me enseñaron del amor al tenerlos y del dolor al perderlos. Pero he vuelto a reír pues he encontrado a mis Ángeles, aquí a dentro de mi corazón, me han susurrado que aun cuando ya no hay árboles en el monte, el viento sigue soplando trayendo consigo esa hermosa melodía, solo he de recostarme en la tierra y aguzar bien el oído. He vuelto a reír, por que esta noche desde azotea he escuchado al viento cantar, y a mi madre suspirar.
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