Desprecio.
Publicado en Dec 04, 2011
Doy vuelta tras tu muro,
tras tu tiempo. Las puertas están cerradas. La llave ya no abre la manija desvencijada de tu sueño... Se han agrietado las paredes, los techos gotereados pululan pequeñas gotas que están a punto de estallar. ¿cómo un alma envenenada puede no decir ni una palabra para aliviar un tormento? Tras largas esperas, esperé. Tu aliento lo sentía, seco. - Resoplaba en mi mejilla -, la misma que abofetarías con tu desprecio. No hubo palabras, sólo silencios. Y tu nocturnidad fortuita palidecía en mi deseo. La soberbia de tu cólera fué más fuerte que mi tropiezo. Yo no esperaba tu disputa, fuí más bien obstinado, terco y necio. Más tarde comprendía que tu demencial miramiento, era una forma de tu agonía, de tu eventual sufrimiento. Mis adoloridas entrañas sudaron gotas de lamentos, extrapolaron sombras de tu avasallador gesto. Y yo, extrafalario ser, imperfecto; corrí descalzo entre vidrios, queriendo no punzarme con ellos... ¡Ah! ¡vano intento! sangraron las cicatrices de mi torpeza y afán por ufano precio. Y ahora mi derrota tumbos da contra el cemento, una pequeña gloria se vivifica en mi pecho. Todo pasa y muere con el tiempo, el mismo que define las estaciones, la vida y los decesos...
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