Mujer aun no te conozco
Publicado en Dec 05, 2011
¡Oh mujer de acento mudo!
Esa silla te esperaba por horas Te tiene abrazada como para que en mi no te sueltes Cuando de mi ceguera nula dejo ver mi vergüenza ¿A dónde han ido años de mi experiencia? me recuerdo como un hombre sin memoria Donde están ahora las frígidas sensaciones de mis amantes, Busco en mi efigie y no me encuentro con mi encuentro varonil. ¿Qué te has echado tú peregrina mujer? Que me tienes cautivo en este lugar, Parezco un péndulo que busca ser detenido, Detenido por tu indiferencia en mis gestos improvisados. Donde has dejado tu frontera con mi mundo Donde te has vestido de esa patria independizada Desde cuando tu himno no ha sido cantado Cuando tu ritmo te ha vuelto loca al pensar en el silencio. Déjame derrotado en esta guerra sin armas Me rindo ante tu vestido blanco. No guardo represalias ante tu ignorancia, ¿Qué tienes tú en tu serenidad que me tiene intranquilo? No encuentro reposo en esta silla que me libera Ante tu presencia cercana a mi cobardía. ¡Parece que nunca he amado! Parece que vuelvo a nacer desde lo más dentro de mi cortedad, Que dirían si me vieran mis sirvientes aprendices Me reclamarían un desembolso ante mi subasta sin producto. Me siento como un vagabundo sin la mano estirada Al que le pueden dar una moneda con un solo intento. Voy a robarte esa silla, voy a dejarte sin espera Te cansare de tu paciencia y te dejare descansar en mis sermones taciturnos. eres como el serenidad que necesito eres como la palabra que aun en mi no se calla como la rosa que abrazada a mi mano jamás me ha acompañado a caminar como el destino que se esconde de tus guantes. Que te echas para dejar en mi osadía la prudencia ¿qué miras en esa pintura llena se colores frágiles y con pocas pinceladas? Porque no tratas de encontrarle con tus ojos concepto a mi figura abstracta. Solo una faz conozco de ti solo una se deja ver sin pedir limosna solo una me tiene detenido ante tu hermosura la otra me la roba la calle, esa que quiere de ti solo acompañarte y en mí nunca abandonar. Tomare de mi caballero mi torpe espada y asesinare el arte sin triunfo que miras tal vez pienses de mí, -que estúpidas faltas de juicios- por lo menos mi rostro recordaras con coraje. Vístete de oportunidades, desnuda a tu flor llena de vacilaciones tal vez decidas marcharte o tal vez quieras saber de él que te acompaña a descifrar esa pintura. no seas mujer llena de batallas no seas esa que se deja acompañar por el soldado sin errores no seas la que se detenga cuando ha comenzado en esta carrera sin llegada y con zapatos rotos. Aun no rindo mi nombre Aun me falta la hulla del primer paso Aun pienso caminar en esa tierra de minas Que has sembrado en tu mirada que no se deja mirar Mirar por mis ojos faltantes de tu figura Mirar por estos labios donde las palabras se amontonan Mirar por estas manos que a solas pelean por mis intentos festivos Que han sentido celos por el suelo que pisas Por la silla que te sostiene esforzada Por esos guantes que se beben tu sudor Hasta por ese cuadro que te mantiene en la nada. Qué esperas para recibir mis esfuerzos casi sollozos mis lamentaciones de hombre casi derrotado mis deseos que acostumbrados le has dejado tu paciencia ¿Que quieres que grite como un político mis propuestas? O que pague por esos votos que me faltan para ganar. ¿No sabes de mi leguleyo? el que no entiende de constitución O me quieres dejar en ruinas por venderte todo lo que hago para ser visto Ser visto por tu democracia Ser visto por tu negligencia, ante los gritos de este esclavo De este esclavo con la cadena atada al cuello La que me asfixia si no te unes a esta protesta con pancartas en blanco, con pancartas sin brazos que las sostengan. No sé qué has combinado en el perfume de mi experiencia No sé qué olor percibe tu olfato ¿Será que piensa que es trivial y fingido? O no te quieres dejar drogar por la tentación. Que espinas te habrán secado Que no floreces en mi paisaje Esté donde hay fracasos, desamores, desilusiones Y unas cuantas manzanas me he comido Pero también he aprendido de ellas Esa enseñanza que ahora olvido Esa que en su sorna ha vuelto a nacer. No sé qué cargas en tu espalda que no te deja levantar Levántate a mi mirada y descansa de tu pasado, quizás. Ha pasado una hora de inutilidad De torpezas sin bastones De saudades que a multitudes me acompaña De encontrarle un sentido a la pintura enamoradora De gozar de mis frustraciones casuales De alimentarme de mi pereza dominante Con mi disfraz sin personaje Con mi cuerpo sin estorbo Con mi silla que me llena de sopores. He memorizado de mi traje elegante Sus malas costuras y el engaño en su calidad Todo me ha pasado por la cabeza Todo, menos como dirigirme a ti mujer. Me he vuelto aburrido por mi estrategia Estrategia sin plan, sin inversión Solo he demostrado lo que no demuestro Al hablar con una mujer Mi rutina, mi alegoría. Si sintiera de ti una señal Esa seña que me invite a pasar Que me incite a proponer mi metódica. Despójame de mi literatura Quítame de las palabras la introducción Enséñame a ser libertino Para no usar lo mismo con una mujer Cuando aún no sabe mis argumentos locuaces, Si quieres déjame en blanco Más de lo que estoy Pero solo intenta perjudicarme De un solo intento podría desprenderme hacia a ti. He visto tu mirada he visto un bostezo tu sonrisa me ha dejado sediento a tus labios rojos a tus ojos que parecen dos cristales sin pulir a tu pelo que parecen ramas dominadas por el viento a tus cejas ordenadas y pobladas te hable con mi aspecto de hombre desesperado te grite con mis entrecruzados brazos cuando de tu boca brotaron palabras maltratadas por el rozar de tu pelo me dijiste: ¿la pintura no dice nada, cierto? Con tu antídoto y con la certeza en la repuesta Me hice tan artificie a lo que sabia Correspondiendo a tus males sabores artísticos. Fui feliz por unos minutos Descanse con este peso que tenia encima Vomite esas jerarquías de preguntas Y descanse de él querer por mi mismo Cuando de mis sarcasmos desate mis brazos, Por la confianza de tu mirada De tu gestos poco acostumbrados a un concepto a primera vista De la timidez de niña aprendida a equivocarse Y de la mujer que quería hallar un destino. Seguí escrutado por tu voz melodiosa Que tocaba ese ritmo que para mi buen oído Era tentador para bailar en tus labios, como una uva decidida a morir en tu boca. Me aprovecho del despiste en tus palabras Y con mis gestos acostumbrado a cambiar tu reacción. Me esclavice en mis subterfugios Cambiando mi fragilidad, al marcar mis huellas con un rosar disimulado a tus caídas sutiles, a mis habilidades torpes pero seductoras en esa piel que espera ser dibujada en mi arte poético. Aun no descifro el jeroglífico de mi desenfreno el misterio que tiene tu profesión de mujer esbelta a mis deseos que con migo no conocía. He vuelto a ser hombre pulcro Me siento limpio sin sombras a mis espaldas de esas arrugadas sabanas que amanecía enredadas a mi cuerpo con mujeres sin titulo ante tu maestría devoradora en el tatuaje levantado que en mis poros se crea y me atrae como marioneta sumisa delante de tu distancia cercana a un ósculo. He metido mi parte maquiavélica en tu peinado sostenido con esa prisa de conocerme y que te atrajo a mi sin darte cuenta que te esperaba como un ciego que se recobrara de la oscuridad de esas ferias expuestas a cualquier festín por una mujer. Eres diferente te presiento en mi oculto juicio Como un libreto a mi vida Eres la guionista de mis cambios de emociones De mis desapegos a esas historias mal redactadas De mi actuaciones mentirosas De mis verdades delante de tus ojos De mi sentencia a cadena perpetua A vivir condenado a tu amor O decidir la inyección letal de dejarte ir Prefiero ser parte de tu cofradía Y arriesgarme a descender a tus desafíos de mujer esquiva pero dejando expuesta tus debilidades ante mis sacrificios.
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