¡Siempre un niño sonriente! son reflejos que quedaron en mi mente, un rosal de la abuela, unas manos llenas de tierra, unos versos, siempre al despertar
Aun veo el ocaso en primavera,  suspiro cuando el cielo se enternece, cuando muere el sol y anochece, cuando nace el día, en mi eternidad
Cada detalle en este mundo, cada palabra, cada gesto ¡cada mirada! Significa un cielo.
Cada cosa en este sueño, sintetiza un verso, cada poema representa ¡Hoy mi libertad!
Libertad para soñar, para vivir, para crear, para amar cada uno de mis textos, para respirar cada palabra en ellos, para terminar con un suspiro y volver a empezar con un silencio.
Idolatro  la poesía y  a al  poeta que la complementa, cada pregunta  que responde ¡al amor, que cada verso esconde! Ante los ojos de la humanidad.
Hoy muere la tarde  ¡Y vive toda mi poesía!, en las calles, en las miradas, en los suspiros, en los niños que aun creen en las hadas, en los adultos que aun quieren soñar.