(SE VE UNA ESTACIÓN DE TREN, EL ESPACIO ESTA VACIÓ Y CON MUCHA LUZ, EN LA ESQUINA DERECHA SE VEN VARIAS MALETAS EN FORMA DESORDENADAS, POR LA PUERTA DE LA DERECHA INGRESA ANDRÉS, ESTA VESTIDO EN FORMA ELEGANTE, DETRÁS DE EL SE ESCUCHAN VOCES QUE GRITAN).
 
VOZ NIÑO: Papa, recuerda que dijiste que me ibas a traer un perro, chao, no se te olvide el perro.
 
VOZ NIÑA: No, papa, no le traigas el perro, si lo haces ese perro se puede comer mi gato.
 
VOZ NIÑO: No, el no se lo come, usted lo tiene que encerrar en su pieza y así no se lo come.
 
VOZ NIÑA: Si, y yo por que voy a tener encerrado a Isis, le va a tocar a usted encerrar su perro. Papa no le traiga el perro, lo quiero mucho, vuelva rápido.
 
VOZ NIÑO: Si, cuídese mucho, pero tráigame el perro que yo lo cuido, lo baño, le doy la comida, lo saco y todo lo demás.
 
(ANDRÉS OBSERVA HACIA FUERA Y SE DESPIDE CON LA MANO).
 
VOZ MUJER: Andrés, no quiero que te vayas, viaja después, esta semana cumple años el niño y de pronto no alcanzas a volver.
 
VOZ NIÑO: Papa si usted no alcanza mi cumpleaños entonces quédese y después me trae el perro, no me lo tiene que dar el mismo día, démelo después.
 
VOZ MUJER: Si no hay otra opción viaje, pero cuídese por allá. (PAUSA) Lo amo mucho, vuelva pronto.
 
VOZ NIÑOS: Chao. Lo quiero mucho, vuelva pronto, si puede no se le olvide el perro si no entonces acuérdese de llegar.
 
(ANDRÉS DEJA DE DESPEDIRSE CON LA MANO E INGRESA POR COMPLETO EN LA PLATAFORMA DE ESPERA DEL TREN, DIRIGIÉNDOSE HACIA LA OTRA ESQUINA, LAS MALETAS SE MUEVEN, ANDRÉS ASUSTADO LAS MIRA, ESTAS SE QUEDAN QUIETAS Y LUEGO VUELVEN A MOVERSE, ESTE CON CUIDADO SE ACERCA A ELLAS Y CUANDO ESTA ENCIMA EMERGE MIGUEL; ES UN HOMBRE ANCIANO, BARBA LARGA Y CANOSA, SE VE ENCORVADO, SU ROPA ESTA SUCIA, VIEJA Y GASTADA, ANDRÉS RETROCEDE ASUSTADO).
 
MIGUEL: Siempre es difícil escuchar a la familia despedirse.
 
(ANDRÉS MIRA AL HOMBRE DESDE EL OTRO LADO DE LA ESTACIÓN).
 
MIGUEL: Le sucede algo, ah comprendo, debe ser mi ropa, realmente se ve sucia y vieja, si le incomoda me puedo cambiar.
 
(MIGUEL TOMA UNA DE LAS MALETAS LA ABRE Y SACA UNA MUDA DE ROPA CLARA Y ELEGANTE, SE EMPIEZA A VESTIR).
 
MIGUEL: ¿No será una de sus maletas?
 
ANDRÉS: (Con voz temblorosa). No, yo no traje maletas.
 
MIGUEL: Claro que no, seguramente desea viajar ligero.
 
ANDRÉS: No es eso, solo que no quiero demorarme.
 
MIGUEL: Algo muy típico en usted.
 
ANDRES: Lo dice como si me conociera.
 
MIGUEL: Es increíble como los años hacen olvidar.
 
ANDRES: No se a que se refiere.
 
(PAUSA)
 
MIGUEL: ¿Es muy duro cuando escucha su familia despedirse?
 
ANDRÉS: Al comienzo, pero siempre he tenido que viajar, es cuestión de trabajo.
 
MIGUEL: ¿y siempre viaja sin equipaje?
 
ANDRÉS: Por lo general lo hago.
 
MIGUEL: Cuando yo era joven en mi familia sucedía lo mismo…
 
(ANDRÉS INTERRUMPE A MIGUEL).
 
ANDRÉS: ¿A que horas pasa el tren?
 
MIGUEL: ¿Disculpe?
 
ANDRÉS: No quiero parecer grosero, pero me gustaría irme rápido; además de pequeño nunca estuve bien con mi padre por sus constantes viajes y no me gusta recordar eso.
 
MIGUEL: ¿Y a donde se dirige?
 
ANDRÉS: No lo se.
 
MIGUEL: Suele suceder, la mayoría de las personas no saben a donde se dirigen, pero si saben que tienen que ir a algún lado.
 
ANDRÉS: No lo entiendo.
 
(PAUSA)
 
ANDRÉS: ¿Sabe a que horas pasa el próximo tren?
 
MIGUEL: Eso también suele suceder, la gente vive tan deprisa que se olvidan de cuando tienen que irse o llegar, pero si saben que el momento llegara.
 
ANDRÉS: ¿A que momento se refiere?
 
(PAUSA)
 
ANDRÉS: Hace un poco de frío.
 
MIGUEL: Deberá acostumbrarse, acá siempre hace frío.
 
ANDRÉS: Me gustaría un trago, un whisky.
 
MIGUEL: A mi me gustarían unas migas.
 
ANDRÉS: Mi mamá, cuando yo era niño siempre me daba migas.
 
MIGUEL: ¿Y como las hacia?
 
(ANDRÉS SE ACERCA CON CONFIANZA A MIGUEL).
 
ANDRÉS: Las migas de mi mama eran excelentes, primero desmenuzaba el quesito y lo echaba en una taza hasta la mitad, luego un poco de pan y galletas de sal, llenaba todo de agua panela caliente…
 
MIGUEL: Cuando lo dice parece que el humo aun saliera de su boca.
 
ANDRÉS: …Y lado en un platico 2 galletas ducales, de las dulces, ¿si sabe cuales son?
 
MIGUEL: Claro que si se, eran mis favoritas.
 
ANDRÉS: Pero habían otras que a mi me gustaban mas, eran unas que venían con la forma de animalitos.
 
MIGUEL: Esas no las conocí.
 
ANDRÉS: Cuando salieron me antoje de ellas en el supermercado y mi mama las siguió comprando, a ella no le gustaban las galletas dulces, compraba las ducales para darle gusto a mi papa y cuando el se murió siguió comprando las de animalitos para mi.
 
MIGUEL: Yo creo que me enamore de mi esposa por las migas, en una ocasión tuve que dormir en la casa de ella, se me hizo tarde haciendo un trabajo de la universidad  y en la mañana me invito a desayunar, nunca había probado un desayuno tan bueno y me lo había comido con tanto gusto como en esa mañana, los ingredientes yo pensaba que eran celestiales, pero cuando me pare de la mesa y fui a mirarlos, me di cuenta de que eran los mismos de mi casa, entonces comprendí que aquella mujer tenia la gracia en sus manos y todo lo que tocaba quedaba con un aura de gloria, y pensé que su madre era sabia al haberle puesto ese nombre tan bello a ella.
 
ANDRÉS: ¿Así se llama su esposa?
 
MIGUEL: Si.
 
ANDRÉS: Así se llama mi esposa y también se llamaba mi madre.
 
(PAUSA).
 
ANDRÉS: De repente su cara se me hace conocida.
 
MIGUEL: Parece que ya viene el tren.
 
(EMPIEZA A ESCUCHARSE UN TREN QUE SE ACERCA A LA VEZ QUE SE ESCUCHAN FUERTES RAYOS).
 
ANDRÉS: ¿Cuál es su nombre?
 
MIGUEL: Debe alistarse.
 
(LOS RAYOS CAEN CON MAS FUERZA).
 
ANDRÉS: Parece que va a llover pero no se ve ninguna nube en el cielo.
 
MIGUEL: Salúdeme a su mujer y sus hijos.
 
(TODO QUEDA OSCURO, EL TREN SE ESCUCHA MAS FUERTE).
 
ANDRES: Gracias papá. Saludes también a mamá.
 
(EL TREN SE DEJA DE ESCUCHAR, PERO LOS RAYOS SUENAN CON FUERZA SEGUIDOS POR UNA VOZ).
 
VOZ EN OFF HOMBRE: Ya vuelve, ya vuelve, esta volviendo en si, se ha salvado.