Del fruto prohibido de tu árbol comí hasta saciar mi hambre…. Como no caer en la tentación de aquella fruta dulce y apetecible que invitaba a pecar… como no pasar los limites de la carne y probar aquel manjar que llamaba a mi boca a gritos… soy mortal… caí en tu seducción… por un minuto era capaz de perder la cabeza y quemarme en ese fuego abrazador  y aun sabiendo que estaría condenada quise arder en llamas… agradecí al cielo por envolver esta alma en un cuerpo de mujer… mi envoltura femenina era ideal para caer en tu febril deseo….. Mi silueta se acoplaba perfectamente a esas manos que ya habían   recorrido tantas pieles… y aun así me sentí única… inexplorada… como tierra virgen que tiene sus encantos y que los ignora hasta que el conquistador los descubre…. Así me sentí… como playa de suaves arenas donde las primeras pisadas húmedas de tu andar dejan huellas… mujer…. Una mujer que poco a poco derritió su coraza de hielo…  y que se convirtió en un rio caudaloso… que divino don es sentirse así… los sensores de mi cuerpo estimulados por tu experiencia… que extraña sensación sentirte…  es una divina condena…. Solo deseo que las aguas de este rio desenfrenado finalmente lleguen al mar….