Dolor
Publicado en Feb 06, 2009
Las paradojas latentes de la existencia
a cada paso marcado por el silencio, van gritando a su manera el dolor de una vida. El sufrimiento arraigado a ese corazón, tristemente abandonado y olvidado va delineando el camino que llevara hacia el final de los seres, como un camino ineludible, como una realidad que impone su mandato y exige respeto, pues ciertamente no ha nacido el Ser capaz de vencer a su gusano. Aquellos ojos penetrantes, destilando una profunda oscuridad vilipendiada por el tiempo, reflejan la imposibilidad de truncar el paso al último suspiro que se avecina, impelido el corazón por la multitud de sensaciones que lo desgarran, cual si fueran las mismas navajas de la soledad dibujando más heridas sobre cada milímetro del mismo, se encuentra atrapado y golpeado por cada sentimiento. La tristeza pareciera regodearse de vivir sepultada en el alma, disputándose la primacía del lugar al lado de la soledad a cada segundo, arraigándose con mayor intensidad sobre la mente, la cual suele convertirse con excesiva frecuencia en un verdadero infierno. Los demonios danzando al sonar de cada latido afirman cada pensamiento, y las muñecas aumentan su sensibilidad aproximándose a desear lo indeseable. La muerte se acerca y se aleja, cual juego De espectros en la oscuridad. Lo único palpable sigue siendo el dolor.
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Lorena Mallarino