Tarde Otoal
Publicado en Jan 05, 2012
El olor a fritura y parafina con el frío me entran a la nariz. Más allá en algún local hay música que acecha a cada transeúnte que probablemente ande de compras, a algún escolar que regrese del colegio, o quizás a un vendedor que haya salido a fumarse el último cigarro de la tarde. Esa danza habitual de pueblo, se presenta una vez más ante mí esta tarde de otoño. Nostálgica e instrospectiva.
Me pregunto qué pasa en otros submundos más crudos y reales mientras yo estoy aquí, vacía y encerrada. Continúo mi camino por las calles alternas. Un niño se asoma a la calle tocando flauta y yo pienso que será de él cuando sea grande, que algún día todos fuimos así, fuimos puros y de pronto llegó el día que nos obligó a crecer. Aquél día nos convirtió, quizás no en lo que esperábamos. Y luego llego, como he llegado los dieciséis años de mi vida a la casa de mis abuelos. Pero ya no es como antes, como aquellas tardes de verano en que el sol iluminaba las parras y se oía el mismo canto de pájaro, y yo andaba descalza y no me importaba quemarme los pies. O en invierno, en que la chimenea sobrecalentaba el interior de la casa, incluse aunque los inviernos hayan sido menos crudos que los de ahora. Tantos recuerdos tengo de aquél hogar que ahora es frío, carece de la luz que antes tenía, mi abuelo está cansado y mi abuela enferma. Hoy contemplo la belleza melancólica de las tardes otoñales. Nada es como antes. Tal vez es más difícil. Tal vez antes no comprendía. Tal vez, es que antes era una niña.
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Salim Marn
Saludos. Att. Salim
Paz Espaa
qué bueno que te haya emocionado.
Muchos saludos!
Richard Albacete
Paz Espaa
Un abrazo grande!