Nuestros favoritos y nuestras favoritas (Reflexiones).
Publicado en Jan 18, 2012
Quiero explicaros algo que es subjetivo, por supuesto. Nuestros favoritos y nuestras favoritas no tienen por qué estar situados en ningún lugar de algún que otro ranking; porque nuestros propios favoritos y nuestras propias favoritas están colocados en un lugar mucho mejor: nuestro corazón.
Los rankings de la fama (y no me refiero a los de nuestras páginas de internet) sólo son ficciones creadas artificial y artificiosamente por intereses que se crean a sí mismos los que presumen de ser los más sabios, los que más cosas conocen, los que mejor las dicen, cantan o escriben... por supuesto que falseando todos los datos imaginables e inimaginables. El salto a la fama. Ese triple salto mortal con el que muchos y muchas dan con sus cuerpos en el duro suelo de la realidad cuando viene el viento y los despluma. Sí. Sólo son falsas "aves del paraíso" que se pavonean de un lugar a otro de la Tierra de las Bellas Artes pero que, si lo apreciamos con gran detalle, simplemente son mascaradas organizadas por el "teatro de las vanidades". Vanidad de vanidades dice el mensaje cristiano. Vanidad de vanidades es este Mundo del Arte prefabricado con inteligencias huecas que aparentan saber mucho cuando, en realidad, bajo su glamour (¡qué necia palabra en vez de decir estilo!), no saben contar más allá de tres. Un... dos... tres... repitamos otra vez las mismas ideas necias para seguir estando en los lugares más altos del ranking. Ese es el marketing autodirigido por los que manejan el tejemaneje de las "celebridades". ¿Y qué es lo que hay que celebrar con tantas ceremonias de alfombras rojas? Quizás sólo la apariencia de que intentan autoconvencerse de sus propios engaños. Son "sus favoritos y sus favoritas" pero nunca los nuestros ni las nuestras. Hay un lugar mucho más bello y hermoso que las lujosas alfombras rojas; se llama corazón humano y late sus sentimientos mucho más allá de los artificiosos y artificiales rankings de la fama que, de repente, en el día menos pensado, siempre se vienen al suelo con el estrépito del destape de las ideas: no existen ideas en ese "glamour" (¡qué palabra más necia para decir estilo!) sino simples expresiones de tan alta vulgaridad que, precisamente por ello, ocupan los primeros lugares de la fama. Cantemos, pues, algo para epatar a ver si de esa manera nos miran de reojo (como siempre miran a la inteligencia verdadera) cosas tan curiosas como "el último chupete que en la memoria se me pierde" o, por qué no, "por el camino verde la memoria se me pierde" o simplemente "la memoria se me pierde" sin tener que añadir ningún complemento más. Y dejemos que todos los "gallos kirikos" sigan cacareando, con sus espolones de oro, sus hermosas "bellas creaciones" que resultan ser más feas que un ideólogo enfadado, y a las "gallinitas cluecas" que sigan cloqueando sus "bellas realidades" ocultas bajo miles de afeites, aceites y cremas de cacahuetes. Y es que hay que tomarse a risa esto de las alfombras rojas, los rankings del glamour (¡qué necia palabra en vez de decir estilo!) y no sé cuántas jerigonzas más (como diria el gran Quevedo) para intentar vendernos lo que, bien mirado, no merece ni tan siquiera aceptar como regalo. Nuestros verdaderos favoritos y favoritas están en un lugar mucho más maravilloso, mucho más hermoso y mucho más profundo: en lo hondo de nuestro corazón.
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José Orero De Julián
María Ester Rinaldi
Lo demàs, es puro cuento.
Excelente reflexiòn.
Te dejo un abrazo.
Maritè.
José Orero De Julián
Enrique Dintrans Alarcn
La vanidad es mala consejera
y los favoritos son paisajes
del corazón.
Y si el corazón está destrozado
o perdido en sí mismo
Es de esperar que encuentre una voz en el ama
que lo acepte incondicionalmente
como su amigo favorito.
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Saludos, José Orero