La vida llega a golpear tan duro que olvidamos aquella inocencia que nos trae felicidad.
Los rayos tan deslumbrantes y cegadores del sol tocaban mi cara todo mi alrededor dejaba de ser blanco o azul, tenían más colores el viento que corría en libertad en la misma libertad que yo estaba sintiendo.
-          ¡Estoy en el exterior!- no pude evitar sonreír y gritar de alegría.
-          Odette, aún no es tiempo de celebrar tenemos que arreglarte para esta noche-.
-          ¿Esta noche?, ¿Qué pasará?-.
-          ¡Solo sube al auto!-.
No lo podía creer, estaba afuera del laboratorio por primera vez veía el mundo exterior con otras personas que no vestían de blanco, sentía como el viento tocaba mi rostro y otros sonidos que no eran pasos por los pasillos o personas usando utensilios todo esto era tan emocionante.
-          ¿A dónde vamos?- le pregunté a Henry por su actitud tan desesperada, mientras manejaba me echo un vistazo sonrío.
-          A conseguirte algo más lindo que esa bata- dijo.
-          ¿En serio?-.
-          Sí-.
-          ¡Yuju! Al fin fuera de ese horrible laboratorio, Henry… ¡Henry! ¿Ese es un parque?, ¿Y eso que lleva la joven es un perro?, ¿Cómo se llama eso que trasporta aquel chico de allá? Yo quiero intentarlo quiero subirme a lo que sea que lo está trasportándolo ¿Puedo intentarlo Henry?- Dije mientras sacaba la cabeza en la ventanilla y veía todo lo que nos rodeaba y sintiendo el aire en mi rostro.
-          Sí Odette, eso es un parque, también eso es un perro y eso es una patineta quizá algún día te prestare la mía que usaba hace unos 6 o 7 años- me respondió todo sin desviar su conducción.
-          ¡Oh!, ¿Tú también usabas eso que es una patineta?, no parece tan difícil lo intentare-.
-          Sí, no creas tiene su chiste mantenerse en equilibrio-.
-          Espero y puedas prestármela para intentarlo- le dije mientras sonreía, Henry es genial.
-          Si existe la oportunidad cuenta con eso-.
Después de un largo recorrido y varias preguntas más sobre lo que yo veía y de lo que yo creía que era hubo un momento de silencio, pensé que lo estaba aburriendo con tantas preguntas entonces pensé en decirle lo que pienso.
-      ¡Henry eres el mejor humano que he conocido! Y eso me hace feliz- Vaya no fue tan difícil  como pensé que sería.
-          Tú solo haz conocido gente amante de la ciencia y obsesionados con la vida artificial, por eso no sé si sentirme halagado o no-.
-          ¡Oye, eres muy malo!-.
-          No es eso, soy honesto que es diferente y mucho-.
-          ¡Eres muy relativo!, por eso me caes mal si fueses más romántico o tierno como Robert quizá las chicas del laboratorio se interesarían más en ti-.
-          ¿Crees que me importa tener una relación con alguna de ellas?- me pregunto con una furia.
-          Te quedarás solo amargado sin relaciones sexuales y te la pasarás pegado a tus aparatos y bebiendo, técnicamente serás un ser viviendo en estado vegetal- voltee a verlo, me volteo a ver de reojo y le saque la lengua.
-          Y por si fuese poco tengo que cuidar de ti una niña con cuatro años de edad mental-.
-          ¿Y qué?, te pagan por soportarme ¿No es así?-.
-          Así es por eso he estado pensando en renunciar y convertirme en escritor o músico-.
-          ¡TE ODIO!- le grité mientras le sujetaba de la garganta y sacudiéndolo.
-          ¡¡ESTÚPIDA!! , NOS VAMOS A… desviar- Trato de advertirme, un poco tarde, es un maldito inútil.