Tiene mucho miedo, se aleja de su muerte inminente,no quiere que caiga la noche, la irrita y le quita el sueño,no quiere dormir,no merece estar encerrada en su propio castillo.
Tiene miedo vivir el último día, cual dragón quemando y sufriendo por dentro, ser tan admirado y tan temerario, orgullo de su familia, y sentirse ahora una simple oruga que un día soñó ser mariposa.
El castillo abandonado infranqueable la encierra y sigue esperando a ese barco fantasma, con su príncipe, un simple guerrero plástico, que alguna vez apareció en aguas turbias en un día tan soleado. Una noche de verano la llevó a admirar las estrellas incandescentes envueltas en nubes negras, observando a mercurio la hizo su venus.
Ahora se pregunta donde está ese sol que nunca vió, la tierra que nunca pisó, los hombres verdaderos, la luna tan artificial, su pequeño planeta místico, incongruente?.
Quisiera hundirse en el alcohol nuevamente,o en el humo inquietante de un cigarrillo y entre barajas, mas no lo hace porque el dolor puede ser mas profundo,aunque quizá más llevadero.
Esa irresponsabilidad que la arrastró junto con el deseo, más de sentirse aceptada que amada de comprobar su sentimiento, siendo más víctima del amor que de la sexualidad, del castigo de los dioses por la locura de un amor impuro.
De esos días de un sucio toldo, con todos los animales y el comercio asqueroso ambulatorio allá abajo. De ese placer que nunca llegó a ser satisfecho.
Destrucción de tantos años de infinita fantasía idílica de una princesa sin nombre
de una nana tan tierna que la abandonó antes del amanecer.
De una fruta ahogada junto con las trenzas en esa noria sin fondo, envuelta en diplomas, en concursos, en premios en admiración de una belleza estúpida, encontró su amiga, una fiel compañera, una copiosa comida vacía para encontrarse con la propia pared del plato,
y saber que tenía que parar, con ayuda del baile y la bulería,  luego con unas benditas barajas, haciendo soñar a los ingenuos.
Su príncipe leproso llegó un día, tan encantado como un sapo vestido de miel con su lengua asesina esperando que la mosca ingenua se pose sobre él, causar lástima y tragársela sin pena de un solo bocado a esa dulzura de niña pastel.
Tonta, idiota no hizo caso a su intuición, se enfangó en otra aventura sin par, en una relación amor odio, descubriendo a su dulce verdugo con su espada oxidada desenfundada y languidecente.
La aplastó, la dañó no le dio bonita muerte, la humilló e hirió las veces que el quizo, la utilizó
se llenó de complejos, le hizo llorar sangre, le dio migajas de odio disfrazadas de amor, él siempre recordó a su negra prostituta que siempre amó y que ella nunca le correspondió.
Luego la gitana subió al lomo de un minotauro hermoso, más bello más salvaje sin rodeos, a ella poco le importó su condición social económica, civil o sentimental, nunca se sintió engañada porque ella conoció su verdad. Recibiría migajas de calor humano como un méndigo disfrazada de modelo greca.
Con el corazón hecho vísceras va tratando de ver el bello mundo que aún le rodea y se niega a perderlo, va en su lomo viendo el paisaje en dos colores el blanco y el negro por el camino de la loca muerte, de la inteligencia inmunda, negra peste estrellada cual nebulosa interior de una máquina perfecta de amor y de extinción.
Va hacia la torre de un castillo abandonado, mira ahora por su ventana, mirando las estrellas y prediciendo su cambio de conducta por su muerte del que sólo la liberará el amor cósmico, ella
lo sintió antes de nacer y horas antes de inyectase este letal veneno para activar su conciencia; ahora necesitará recordar que su príncipe aún sueña con ella, pero el precio por saber quién es él, será su fe verdadera.
La dulce gitana está preparada,ven y llévala cuando quieras ella te espera....