Ella es la expresión del arte que se encuentra siempre sola, tiene un carisma muy especial para sociabilizarse, a medida que su lucha por sobrevivir crece, da color a su monócroma rutina, se vuelve más alcohólica, más adicta para aferrarse a algo que le indicara el sentido de la vida, aunque sea en el dolor... para sentir aunque sea "algo" en su sistema nervioso.
Qué esperas de ella, tu pensamiento te llevó junto a esa alma que no puede, no quiere no debe amar a nadie, pues le sangra la boca tiene los labios partidos, de tanto no besar.
Se cierran sus poros, la atrapa y la ahoga su propio sudor,
quiere llorar su cuerpo inerte de un corazón que ya no siente, lago en calma de  tempestades ocultas en su seno.
No olvidarás su rostro, ¿verdad, oh, mísero mortal? No lo olvidarás... Pero es un sueño o, al menos, un sueño para ti... Jamás  volverás a alcanzarla, simple y exclusivamente porque ya no lo permitirá. Así es la vida; así es tu vida. Pero no podrás olvidarla.
Quiere pedir perdón, por su silencio, por la puta mentira tan grande, si aún la consideran familia, igual ella quiere a los suyos con un amor desbordante, que no sabe si merece ser parte de ellos. No fue prudente no hizo caso a su agudizada intuición, perdió, pero quiere que sepan que esa circunstancia cambió su vida; dejó de quejarse, no cree que a nadie mas le importe, ya no dirá ni una palabra más.
Puede respirar con esta aorta que puede atrofiarse en cualquier momento, latidos metálicos de un corazón, tan pesado como una tumba fría.
Tiene mucho amor, respira paz, desconoce hasta donde debe llegar, qué camino debe tomar;
en esta lúgubre pantalla sentada haciendo un diseño contradictorio al momento, centro terapeútico para sanar enfermos, indolentes inertes, y teme no terminar este trabajo a tiempo y congelarse en el.
Existe una cura, una última esperanza a este sopor confuso de loca muerte, en realidad no le daría pena morir, sino saber de que al final se enteraran de la causa, saberse tan estúpida de haber sido mordida de un vulgar vampiro sin sombra, sin dientes y sin sangre.
Ahora en su diario escondido, personaliza una brutal bruja estúpida, aislada confusa ouhhhh llora, aulla, aprieta los dientes, saborea ese amargo recuerdo, el encanto de la estupidez en su cueva solitaria. Le gustaría que alguien le prenda fuego como en la santa inquisición, para sentir esa erupción de un volcán de cenizas que hará daño primero, eliminar su forma de vida amorfa y dar pase a una nueva generación de vida, luz y amor.