6.- Misteriosa tragedia
Publicado en Feb 20, 2012
Eleazar ardía en fiebre. Difícilmente podía hablar, lo hacía con trabajos y en ratos divagaba. Permanecía inmóvil sobre la cama, como muerto.
El padre Juan se mostró reacio al principio, cuando Isaac insistía en hablar con el enfermo joven. - Isaac, la situación de Eleazar es muy delicada. - Lo sé, padre. Es por eso que me urge hablar con él. El padre Juan lo miró con cierta incredulidad. - ¿De qué querrías hablar con él? Apenas lo conoces. - Padre, le aseguro que es muy importante que hable con Adeba. Le suplico que me ayude. El padre Juan, no sin reservas, le permitió acercarse unos minutos al convaleciente Eleazar. Éste, sin abrir los ojos, murmuró con voz cansada. - Déjame en paz... sólo quiero descanso para mi alma... Isaac murmuró en voz baja, tratando de que nadie más le escuchara. - ¿Qué te ha sucedido? Necesito saberlo. - No puedo hablarlo con nadie. - No debieras proteger a un hombre tan peligroso. Sé que Tovalto es el responsable de que estés postrado en cama. Eleazar no dijo nada. Permaneció en silencio mientras respiraba con dificultad. Isaac insistió: - Otros chicos han muerto antes, Eleazar. Debes ayudarme o Tovalto seguirá haciendo daño. Adeba no contestó. Pero Isaac pudo escuchar dentro de su cabeza la voz cansada de Eleazar, como si fuera una especie de pensamiento que irrumpía en su interior. "¡Se lleva las almas!" exclamaba "¡Las devora mientras confiesa!" - ¿A dónde?- exclamó Isaac sacudiendo a Eleazar -¿A dónde se las lleva? Pero Eleazar Adeba no respondió. El padre Juan, tomando a Isaac por el hombro, le ordenó marcharse. - Es suficiente Isaac... - ¡Padre, sólo unos minutos más! Pero el padre Juan lo apartó y lo llevó fuera de la enfermería, donde le habló con dureza. - Isaac, estás actuando de una forma muy extraña ¿Vas a decirme qué te sucede? O tendré que castigarte con más severidad. El chico, desesperado, se atrevió a hablar. - Tovalto, padre, lee los pensamientos... - Lo sé, no me es desconocido. Seguro te ha dicho tus pecados cuando te fuiste a confesar. - Padre, Eleazar ha empeorado desde que fue a confesarse con él. Estoy seguro de que le hizo daño. El padre Juan lo dudó. Alrededor de cincuenta personas se habían confesado con Giulio Tovalto, y todas parecían gozar de perfecta salud, incluyéndolo a él. - La enfermedad de Eleazar no tiene nada qué ver con su confesión, Isaac. Por favor, estás tergiversando todo. - ¡Padre, el alma de Eleazar está en peligro! El padre Juan iba a replicar, cuando uno de los enfermeros con semblante grave se acercó y le murmuró algo al oído. - Vete a tu celda- le ordenó a Isaac. El chico, nervioso, se retiró a su habitación. No dejaba de pensar en las palabras que le había dicho Eleazar Adeba. Era posible que aquel monje le hubiera efectuado una especie de maleficio y se sentía imposibilitado para salvarlo. Alrededor de la medianoche, alguien llamó a su puerta. Encontró a Isaías, su amigo. Venía más pálido que de costumbre y con menos ganas de reír que otras veces. - Eleazar ha muerto- le dijo -murió inmediatamente después de hablar contigo. Isaac se sentó en su catre, hondamente abatido. - ¿Qué hacemos ahora? - Yo que tú, no hacía nada- le advirtió Isaías -ahora más que nunca, Juan quiere interrogarte.
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María Ester Rinaldi
Aquí está Elvira
MAVAL
aqui le pones el misterio a la historia ...se puede pensar muchas cosas no?
Pero me gusta este Isaac que no se amedrenta...
Se siente que está preparado para lo impredecible ...además que es valiente sin duda
enfrenta lo que le intriga no?
Aquí está Elvira
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Felicitaciones
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja
Aquí está Elvira
Gracias por venir amigo.
Gustavo Adolfo Vaca Narvaja