LOS DOS SENDEROS
Publicado en Jul 18, 2009
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LOS DOS SENDEROS (I)
 
El ulular del viento de la noche,
Emite  sonidos tétricos,
Así como lamentos de muerte.
El frió  intenso  de la noche,
Entumece la carne, y enfría el esqueleto.
 
En un desfile macabro, cuarenta terroristas,
Ingresan al pueblo, abriendo  puertas;
Sacando a empujones al gentío,
Despertando los más grandes  temores. 
 
¡Todos a la Plaza ¡ Gritan....
Las campanas de la vieja iglesia  repican;
Hombres, Mujeres y  niños, acuden;
A una  cita con la muerte.
 
Una lista en las manos tienen,
Un juicio popular aducen;
Donde ellos se nombran  Jueces y Fiscales,
El  veredicto de antemano tienen;
Las sentencias, son todas de muerte...
  
Uno a uno  se pronuncia  nombres.
No hay apelaciones ni clemencias;
Uno a uno arrastran al patíbulo,
Les arrancan las uñas, les cortan la lengua,
Les vacían  los ojos y luego con hacha y  machete,
Quitan su cabeza, dejando los cuerpos  palpitantes,
Dando sus últimos estertores.
 
Continúa este  juicio macabro,
Ante la mirada horrorizada de los presentes;
Uno a uno  llevan al suplicio.
No existe forma de matar más cruel;
Que  hasta la muerte quien obligada  acude,
A cumplir con su trabajo de siempre;
Contempla horrorizada  y afligida,
Ante tanta maldad  e  insania de esta gente.
 
La noche se torna  tenebre,
Ocultando con su  manto negro,
Este  acto de  barbarie;
En el cielo las estrellas se ocultan.
 
Aun se escuchan gritos y  lamentos.
Son ya  las tres de la mañana,
El juicio dio su fin, ellos se marchan;
Dejando veinticinco comuneros  muertos.
 
El olor de  sangre  fresca,
Emite olores a hierba santa.
Mujeres y niños recogen los cuerpos yertos;
¡Todo el pueblo llora  con gran lamento¡
Han matado hombres, mujeres y hasta niños,
En un juicio sin razón y  sustento;
Donde ellos, fueron fiscales jueces  y verdugos.
  
Son las diez de la mañana,
Mientras el pueblo aun horrorizado,
Vela  y llora a sus deudos;
Por la calle principal  ingresa un batallón,
De cincuenta hombres vestidos de verde;
A empellones  otra vez al gentío sacan;
Y los reúnen en la plaza principal,
A otra   cita con la muerte.
 
La sangre derramada aun huele fresca,
A hombres y mujeres hacen preguntas,
Y al no obtener   respuesta correcta;
Les disparan en la boca, le destrozan la cabeza;
Acusándolos de cómplices, o de posibles  terroristas.
 
A un niño que por ahí llorando pasa,
Le disparan en el pecho.
Aduciendo que cuando sea grande,
Se convertirá en Terrorista;
Y que más vale anticiparse,
A eliminar al futuro enemigo;
Y así continúa el suplicio de esta gente,
Envueltos en una guerra que  es ajena;
Y que no tiene ya,  razón ni sentido.
 
Son las tres de la tarde.
Ya se retira el batallón de militares,
Se van  hurtando alimentos y medicinas,
Y violando a las  jóvenes mujeres;
Dejando veintiocho comuneros  muertos.
 
Ya se fueron.... y los que  vivos  quedan,
Lloran, y reniegan de su  suerte,
Y de vivir en un País,
Donde para el pobre no hay justicia;
Y donde hasta Dios esta ausente;
Y algunos aun se preguntan,
¿Cuál de los dos grupos es terrorista?,
Si ambos les causaron terror y muerte.
 
Autor: Pablo Félix Loza
Página 1 / 1
Foto del autor PABLO
Textos Publicados: 45
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Descripción

El terror en un estado viene de 2 partes.

Palabras Clave: LOS DOS SENDEROS

Categoría: Poesa

Subcategoría: Poesa General



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