POEMAS DEL CREPSCULO
Publicado en Feb 27, 2012
Poemas del
crepúsculo Norma Estela Ferreyra Fecha del copyright 2011- ISBN 978-1-105-03387-2 Dedico este libro a quienes son capaces de amar. De frente y de perfil él es quien es. Apolo en el Olimpo sosteniendo a la lluvia con sus ojos. De frente, irresistible. Y de perfil, inspiración del cielo en esta tierra. A la vez, tan cerca y tan lejano, como un mar escapado en plena noche, o un sol tibio, que amanece conmigo cuando sueño. Quiero besar tu boca. Quiero morderla. En tus ojos me veo, me envuelvo, me detengo. Luna sería yo o sol, o cielo, o purgatorio y hasta el infierno, amor si tú quisieras. Vincent Van Gogh Morir, sufrir, sentir. Rogar, rezar, mirar, tocar. Llorar, soñar, reír. ¿Por qué? Mentir, bailar, subir, soltar. Dormir, volver, llegar ¿ Adónde? Estar, temblar, amar. ¿A quién? Pedir, besar, temer. Querer, odiar, pensar. ¿ En qué? Volar, bajar, tener. Mejor vivir ¿Para qué? Dividida entre mi piel y mis sueños, caminé hacia el sol. Tú me esperabas entre un húmedo silencio de besos olvidados y una lluvia retardada en mitad de la siesta. Nos dijimos tantas cosas, que sobraban, cuando ya el crepúsculo hablaba por los dos en un diálogo sin ojos. En el horizonte de mis días sin retorno busqué mis ayeres y los eché a rodar. Removiendo escombros encontré tus cartas. No quise leerlas sino hice barquitos para navegar, sobre esa lluvia que cayó en verano para carnaval. Me quedé sin miedo, sin penas ni glorias. Me quedé sin nada que me hiciera mal. Remontando sueños, trepé por mis alas y me eché a volar. Y cantaron grillos. Y volaron pájaros Y los lobos aullaron a la luna ausente, a la noche negra de mi soledad. Y cuando llegaste... los saltamontes ganaron el césped y en las cercas se olía a jazmines. Mas luego partiste. Y estallaron mis ojos en gotas azules como el aire. Y los grillos volvieron a cantar. Hoy quise ser yo sin culpas ni reproches. sin remordimientos. Quise estar conmigo. Mirarme por dentro. Era un saco vacío sin besos ni caricias. Era una sombra, apenas. Que sólo atinaba a caminar bajo la lluvia. Dejando que las gotas me borraran las lágrimas. La gente me miraba sin entender mi calma, mi necesidad de estar viva, bajo el agua. Hoy te vi después de un siglo de ausencias obligadas. Tenías en tus ojos aquella tristeza que traías la primera vez y esos cansancios ocultos que ya se habían borrado, cuando nos asombrábamos de todo aquello que nos dejaban compartir. La última vez que te vi tus ojos brillaban con esa luz que nace de la flor de los naranjos. Hoy, no te vi feliz, pues una sombra nublaba tu presente, que ya no florecía en la primavera de tu piel. Estabas como ausente con el bajo perfil del sacrificio que le sirve a todos, menos a ti, para que tu vida deje de ser un ancla y se convierta en un vuelo de pájaro. Vincent Van Gogh Soy feliz amándote en sueños porque tu voz me despierta, hablándome en secreto. Y puedo dormirme abrazada a tu espalda, a tu pecho ausente. Soy feliz cuando pienso en qué dirías si me vieras bailando flamenco. O cantando en portugués, con mi guitarra a cuestas. Porque amarte para mí es eso. Es imaginar que el mundo es bueno porque existes, porque hablas de cosas que tal vez no sean ciertas o no sientas pero son palabras que pensaste para mi. Soy feliz porque al conocerte me apoderé de ti, de tus ojos, de tus manos, de tu piel de durazno, de tu sonrisa aniñada de tu pelo rebelde, de tu espalda perfecta. Puedes irte si quieres o desaparecer. Yo seguiré contigo saltando charcos en la lluvia o juntando flores al amanecer. Te llevaré conmigo a la orilla del mar despertaré en la arena abrazada a tu sombra, y nadie te verá, solamente yo. Me miraste con esos ojos de cristal y me sentí vestida en terciopelos. Estabas dispuesto cual flecha disparada a clavarte sin trámites en mi alma. Nunca te había visto y ya te conocía por dentro y por fuera. Tenías el perfume de los naranjos, la calidez de los veranos. Tus manos eran fuertes y tu voz me acariciaba traspasando los límites. Eras la vida misma, rozándome tan cerca y para no detenerte, te dejé pasar. Quisiera detener al tiempo y quedarme mil años en tus ojos, en la tibieza de tus manos, en tu sonrisa apenas dibujada. Quisiera doblar en una esquina y encontrarte de niño jugando a la rayuela. Hallarte en el patio de mi escuela para que me corrieras y al alcanzarme un beso me dieras, por vez primera. Quisiera sobornar a todos los relojes para atrasar al tiempo y encontrarte una tarde cualquiera y me invitaras, simplemente, a caminar contigo en una tarde cualquiera. Vicent van Gogh Te amo como se aman las olas y las playas, la lluvia y la pradera. Te amo como se aman las hojas con el viento o los grillos a la orilla del río. Te amo en la quietud de una noche estrellada, en el silencio de las águilas y en el despertar de los pájaros. Te amo como se aman las nutrias en el agua, o los lagartos en las siestas. Te amo como si fuera el mundo sólo nuestro y pudiéramos besarnos sin que nadie nos viera. Sólo quise jugar pero no me dejaste. Y entre palabra y palabra, perdí la razón entre los sueños, las canciones y las melodías. Y dejé de ser yo, para ser esta desconocida que se enamoró de quien no debía. Y fue mil veces ridícula, ciega y sorda a su propia conciencia. Pero es mejor parar aquí y despertar de golpe para dejar de oír el canto de las sirenas. Hoy me miraste larga y profundamente, como buscando castillos en mi alma de arena. Y quise darte mil besos. Besos chiquitos de esos que caben en un suspiro. O tan inmensos de los que te abarcan por entero. Besos de leona en celo Besos callados o ruidosos de los que suelen estallar en cualquier parte. Hoy me miraste como nunca y me viste por dentro. Tu mirada era fuerte y cálida como la costa del mar en los veranos. ¿Quién podía escapar de esa ternura que tú querías compartir conmigo? Vicent Van Gogh Me cansé de amarte y de no amarte. De que estemos lejos estando tan cerca. Ya no puedo más. Crucemos esa línea y salgamos de escena. Los dos fuimos culpables por fingir que todo seguía igual, cuando todo cambiaba, día tras día. Y el amor se hacía trizas contra los muros del hastío. Pero ya basta. Me cansé de mi cansancio. De sentirte respirar a mi lado en la cama. De no poder ser yo. Con mis ganas de cantar, de bailar, y de reírme de lo que sea. Me cansé de compartir todo contigo, el baño, el guardarropas, los cubiertos, el televisor, la comida, el auto, el mate, el café y mis amigos. Ya no más hipocresías. Puedes marcharte o quedarte, me da igual. Yo decidí ser libre, por mi cuenta y ya no podrás manipularme. No habrá más celos, ni reproches. ni podrás quitarme mis espacios. Ya no estaré agendada para compartir tus penas ni alegrías. Ahora seré yo, con mis defectos y virtudes. Pero yo. Sin querer te amé. Sin compromiso ni tiempo. Sin promesas de amor eterno. Porque los dos sabemos que todo termina más tarde o más temprano. Sin querer me fui enamorando de esos ojos tuyos, de tu boca, de tu manera de mirar y de todo lo demás. Mas debo confesarte que nunca necesité que tú me amaras. Perdóname mi amor, pero más me importaba amarte. Porque amándote, me sentí pájaro volando entre las nubes más lejanas. Me sentí cerca del sol, de la luna, de los oscuros del cielo y del ruido de las olas. Porque amándote me sentí nueva, con la alegría a flor de piel, con las rodillas temblando de emoción con sólo verte. Tocar tus manos fue renacer contigo. Y tus besos me dieron el néctar de la vida. Si un día me doy cuenta de que tú también me amaste. Podré contarle a los vientos que todo valió la pena. Te amo más que a las flores del camino. Y a la lluvia que las hace florecer. Te amo más que a cualquiera que haya amado. Más que a la luna, que amanece en la montaña. Más que al mar, a las gaviotas y a las playas. Más de lo que nadie te amó ni te amará. Te amo más de lo que pienso y lo que crees Más de lo que quise quererte alguna vez. Vicent Van Gogh Un día me dijiste: Te regalaré lo que quieras Y me sentí tan complacida que esas palabras fueron mi regalo. Pasó el tiempo y un día quise reclamarte un gesto, que me hiciera sentir muy especial. Pero no resultó ¿Sabes? Porque sólo era una ilusión. Como esas cosas que de tanto desearlas terminas por creer que existen. Mas nada puedo reprocharte pues nadie es culpable de mis sueños. Yo los acumulo hasta que estallan Estrellándose contra la realidad que está siempre agazapada, esperando a que yo vuelva a creer en la gente, en el amor, en la letra de una canción, en ese gesto que hoy, sólo fue un sueño. Te quiero amar mirarte a los ojos para encontrar adentro de tu alma. un beso lento pero hondo. Quiero rozar apenas tu piel de durazno. para encender el fuego sin tocarla. Quiero volar sin alas y ser la flor que perfuma tus noches de verano. Quisiera regalarte el mundo envuelto en papel de seda y con un moño. Hay una tempestad escondida en mi sangre y un barco de papel que navega en mis venas. Hay barriletes de cristal que el viento amontona y enreda en mi pelo donde anidan los sueños que nunca se cumplieron. Pero tal vez un día se atrevan todos juntos a saltar los cercos y me atrapen dormida soñando con tus besos. Llueve en mis ojos y en mi pelo Llueve en el mundo y en el cielo Llueve adentro mío cuando siento a la lluvia cayendo sobre mi alma Y las gotas resbalan por mi cara cual lágrimas calladas Y la lluvia no cesa ni afuera ni adentro mío. sigue cayendo indiferente, y no me dice si las gotas son gotas o son lágrimas Habitando estoy en un mundo de magos y hechiceros. Cuentos de hadas donde van saliendo los seres que dan miedo los príncipes sin nombre las brujas y los genios los castillos de arena Y amores imposibles que se lleva el viento. Tiembla bajo tus pies la calle Las flores del ciruelo no se mueven Soy yo la que pretendo que me lleves a pasear la tarde debajo de los árboles Mas tú te vas sin reparar en mí Y yo te dejo pasar sin que me veas porque también temo, amor, cuando la tierra tiembla. Me llevaste la piel aquella tarde yo la busco, la busco, y no la encuentro Mi pasión se ha perdido entre suspiros. Devuélvemela. Yo la quiero conmigo para sentir la vida recobrar mi memoria e inaugurar sin ti un espejo nuevo. Tengo frío frío en el alma y en el pelo. Quiero abrigarme toda Tengo sueño. Quiero dormir ahora No me preguntes nada. Tengo miedo No se por qué Y frío....y sueño.... Estoy sola conmigo. Y tengo miedo. Nada me des amor No quiero nada No me des ni tus besos ni tu alma No me des ni tu risa ni tus lágrimas. Quédate en ti mi amor nada te pido Ni una mirada quiero Ni tu pelo rebelde Ni tus manos tan tibias. Sólo el recuerdo tengo Y me lo llevo. Florecieron jazmines en tus ojos Y en los míos el verde se hizo bruma Tu boca encendía las calderas del infierno apagado que latía al borde del hastío de mis días. Soñaba con ser lirio entre los juncos a orillas de un río cristalino Pero el blanco jazmín de tu mirada con la magia sutil de una alborada me quitó los lirios, me dejó sin nada. Y entonces desperté, enamorada. Por la ventana abierta de tus ojos Yo descubrí esas sombras que tan bien ocultabas detrás de tu horizonte. Vi sin querer, esas luces brillando de alegrías de tiempos muy lejanos cuando todo era bello. Se escondía el hastío detrás de tus pupilas llevándose las lágrimas de un lejano pasado, cuando el dolor dolía apretado en los labios. Más había ternura germinando en tu pecho que guardabas muy hondo en un rincón abierto donde entraban algunos elegidos de tu alma. Yo conocí la tempestad, la noche negra que jamás acaba La vileza del mundo que corroe el corazón de los niños. Yo conocí el odio y el perdón. Muchos me amaron, pero yo no se si conocí el amor. Tal vez fue tan breve que no pude verlo. O tan intenso, que por miedo, No lo quise ver. Hoy sentí que la vida es un río cristalino que baja de tus ojos y que el sol es otro sol cuando me miras Cuando te veo, la tarde crece sobre las hojas y el verde estalla en cualquier parte. Y hasta los pájaros silencian su canto para oír el murmullo de tu voz que amontona jazmines en el aire. Amo tus ojos de caramelo. Las voces interiores de tu alma tan blanca. Amo tus labios, tu palabra exacta, tus manos tibias, sabias y fuertes. Tu mente tan clara, tu inteligencia, y tu voluntad siempre dispuesta a llevar tus barcos siempre al puerto. Tuve muchos amores realizados o pendientes pero todos zozobraron en plural cuando llegaste a mi y perdieron vigencia mis sentimientos previos presentes y futuros. Desde entonces, el amor tiene tu nombre. Cuando te enamores habrá dos seres que serán uno. Y serás feliz hasta que ambos vuelvan a ser cada uno. Y cuando eso suceda sabrás, que el amor no es para siempre. Y habrá mentiras dulces en un afán de prolongarlo, de hacerlo eterno. Pero ya nada será igual Pues sólo habrá... apariencias. Pero vale la pena vivir el amor, aunque dure sólo un rato. Busco una metáfora que transforme a tus ojos en soles infinitos y capaces de encender las estrellas y de llevarme en sueños, a pasear contigo hasta el borde del próximo crepúsculo. Busco para no encontrar aquel amor que no tengo y se quedó, sin querer, atrapado entre mis sueños. Busco sin hallar... entre miles de recuerdos aquel beso que me diste en una tarde de Enero. Busco arenas bien mojadas para moldear un castillo que con su magia transforme en mil pájaros mis besos y se los lleve a volar por pasadizos secretos hasta que tú los encuentres escondidos en mis labios.
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