Me gusta ella. Me gusta…
Me gusta porque es falsa, es de metal envuelto en celofán, es plástico pintado de bonitos colores, de esos colores como que te vuelan, como que te endiosan, como que te hacen olvidar que estas a la mala de dios, que estas en paro, que quieres una cerveza helada mientras afuera se caga lloviendo, te hace olvidar que sos hombre, que sos un gallo normal, sin vicios, sin tantos enemigos como debiera, como todo buen hombre, como todo que se precia de tal…
Me gusta ella, su pelo blondo, su cara ida su andar falso, su sonrisa mimada, pintada y calculada, y la miro por la ventana, e imagino su risa, y sigo siendo ese pendejo de 16, sigo siendo ese desempleado de 20, ese que no pudo ir a la U, que no pudo irse al paro de obreros porque no era uno, pero sin embargo lo apoyaba porque de algo hay que alegar, a algo hay que allegarse cuando no tienes más… y la miro, y me gusta..
Me gusta porque es perfecta, físicamente lo es, anda a saber cómo va a estar en 10 o 15 años más, cuando el culo se le caiga porque los hijos que ha parido, cuando las tetas le cuelguen y la cara ahora tan bonita sea la de una amargada de 30 y tantos, cuando el brillo se le haya ido, cuando haya ya pasado por tantos hombres y ninguno haya sido yo…
La miro y re miro, no tengo opción, son tan pocas las cosas lindas en el mundo que cuando aparece una hay que aprovechar... sí, me estoy poniendo viejo, quiero mi cerveza aunque llueve o nieve o haga más frio que la chucha, si, me gusta porque no la tengo, porque no quiero tenerla, porque no tendría gracia ni ser su amigo, perdería ese encanto de la fantasía, perdería ese brillo de la nada, de lo ilusorio, de lo banal e ingrato, si me acerco, le hablo y llegamos a algo, perdería el encanto en poco tiempo.. Mejor mirar, mejor mirarla, soñarla y todo lo que venga, nada mas… en un tiempo perderá su brillo y no quiero estar ahí cuando suceda. Prefiero olvidarla de a poco, en un tiempo vendrá otra, y ella pasara al recuerdo, no al olvido, y todo volverá a pasar con la otra, la que venga, porque será nuevo, será distinto y a la vez lo mismo. De momento la miro y remiro. La quiero a lo lejos como quien quiere un amanecer tibio, que solo se siente pero nunca se tiene, así soy yo, venga mi cerveza que llueve mientras la miro y me mira y me dice “hola” y se va…
Me dice hola, sonríe, se va. Y quedo en cero. Quedo en blanco, y olvido la cerveza 30 segundos, la miro irse, admiro su cuerpo, ahora también su voz y su sonrisa…
La miro. Me gusta. Me dijo hola.
¿Y qué hago ahora?