Tic - Tac
Publicado en Mar 12, 2012
Tic-Tac / Tic-Tac / Tic-Tac
Era todo lo que podía escuchar através de la oscuridad de su habitación. Ese estúpido sonido de aquel maldito reloj que solo le recordaba que la hora pasaba y pasaba sin darle un momento de poder respirar con tranquilidad... Giró una y otra vez enredando más y más las cobijas que la refugiaban del frío que era capaz de colarse por su ventana. El viento silbaba y remecía las secas ramas que rozaban el cristal que la separaba del mundo exterior... no estaba asustada, ya era grande para eso... solo estaba algo exasperada, porque el tiempo no dejaba de correr... Sumado a eso estaba ese maldito sonido... Tic-tac / tic-tac/ tic-tac Gruñó de manera audible cubriendo su cabeza bajo las gruesas mantas e intentó imaginar mil cosas debajo de esa ahogante y ahora sofocante oscuridad que apenas la dejaba respirar con tranquilidad... pero a pesar de eso había logrado escapar de aquel sonido que solo le recordaba que el tiempo no se detenía... Pero poco pudo durar en aquel refugio que le resultaba hasta claustrofóbico. Con pesar asomó su sudada cabeza al exterior respirando agitadamente ante el exceso de calor y nuevamente a sus oídos regresó aquel sonido... Ya hastiada de ese aparato se levantó de un salto; caminó un par de pasos hasta su escritorio y se detuvo para observarlo con desprecio. Un ligero destello plata se hacia notar en la oscuridad dándole la ubicación exacta de su torturante. Sus ojos fríos se mantuvieron fijos llegando a acostumbrarse a la oscuridad al punto de poder vislumbrar el objeto casi con total nitidez. Como detestaba su redondez, su color rosa tan chillón que no pegaba ni pintaba con los colores de su cuarto; como odiaba aquella campanilla que hasta al mortal más sano le causaría un paro cardiaco con solo escucharla... pero lo que detestaba más era sus manecillas, aunque era una en especial... El segundero... esa maldita manecilla era la causante de su ahora manifiesto insomnio... si se deshacía de ella estaría bien, podría volver a la tranquilidad de la oscuridad y poder cerrar los ojos para poder aprovechar las pocas horas de sueño que estaba segura le quedaban... Sujetó el aparato con desprecio y rápidamente dando largos pasos se acercó hasta la puerta, en el trayecto golpeó sus dedos una que otra vez pero en esos momentos no le importaba, en su cabeza solo se encontraba la tarea de deshacerse de su inhumano torturador... Sin esperar más abrió la puerta y sin mayor cuidado depositó el aparato culpable de su desgracia nocturna. Como si se tratase de un asesino, cerró la puerta con gran rapidez y corrió para refugiarse nuevamente en el cobijo de su cama... respiró agitadamente un par de veces hasta que su respiración volvió a ser la de siempre... Miraba los alrededores asegurándose de que todo estaba bien, y con una gran sonrisa se dispuso a dormir... No sabía si los minutos pasaban y eso comenzó a inquietarla... Los sonidos externos repentinamente parecieron hacerse más y más fuertes de los que alguna vez imaginó... era extraño, no recordaba que la noche fuese tan ruidosa... ¿por qué? ¿Por qué justo esa noche era así? Volteó una, dos, tres veces con mayor desespero mientras que el sonido de las sirenas y los aullidos de los perros traspasaban su ventana... ¿Por qué? ¿por qué repentinamente todo era tan asquerosamente ruidoso? ¿qué pasaba? Y de repente en su mente se escuchó un click... un click que pronto fue acompañado con la respuesta la cual solo hacia tic-tac... Y ahí fue que lo recordó... con resignación volvió a levantarse y esta vez tanteó la oscuridad para evitar cualquier accidente que tuviese que lamentar en la mañana... llegó a salvo hasta la puerta y derrotada salió a buscar al objeto que hace segundos antes había abandonado vilmente en el pasillo.. Cuando lo encontró lo sujetó con fuerza, observando cada detalle... Sonrió esperanzada al ver que aún faltaba mucho para que la noche pasara... Regresó a su alcoba que a pesar de la oscuridad tenia un brillo distinto ante el reingreso de aquel objeto... Lo dejó en su lugar procurando que estuviese justo donde se encontraba antes... Con un bostezo largo y cansado volvió a la cama, y mágicamente todo el ruido del entorno había desaparecido para darle la bienvenida al hipnotizante tic-tac de su tan apreciado reloj... Aquel reloj no lo había comprado para recordarle que el tiempo pasaba, o para despertarla en las mañanas ni mucho menos para recordarle que el día disminuía al ritmo de su segundero... era extraño quizás... pero cada quien utiliza las cosas como mejor les convenga... En el caso de ella, era para apartar los escandalosos ruidos del exterior que le espantaban desde niña... Sabia que era algo mas bien psicológico, pero todo el mundo tiene sus mañas no? Tic-tac -tic-tac - tic-tac Ella aspiró hondo y cerró los ojos encontrando por fin la calma... al fin podría dormir en paz...
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