La puta fiesta terminó, las botellas se vaciaron como si tú las hubieras tirado por el retrete, la música ya no iba a sonar más, desvelados, vimos mil estrellas en el techo del salón, alguien dijo "poned Colplay", no quedaba un bolsillo con pastillas, ni nada que fumar, "bésame", te dije, y tu lengua pastosa entró en mis labios como una culebra malherida. Se dijo por allí de ir hasta la playa (¿quién propuso tamaña estupidez?). Tu lengua olía mal, yo olía mal, no quedaba ni una puta pastilla que tragar, el silencio hacía run run, las velas se consumieron en si mismas mostrándonos el camino. Un tiempo desnudo e indefenso había ardido entre nuestras manos, más aún restaba mucho para amanecer, le pedí a Dios dormir algunas horas. Pero ya no desperté. Tú fuiste a contarlo a mis padres. El pueblo se paró un minuto con el corazón helado.