Sueo Profundo del Amante.
Publicado en Mar 31, 2012
Después de haber echo el amor
los amantes se quedaron tan dormidos, donde ella, en un corto sueño se soñó, que su amado esposo no había viajado como se despedió de ella, mas él, estaba viéndoles de como ellos hacían el amor, entre ese sueño se despertó y huyó que el perro aullaba con una sinfonía orquestal de funeral. Donde ella al escuchar, sintió tenieblas en su cuerpo, y mas se cubrió con las sábanas y enroscándose al cuerpo de su amante, pero siguió escuchando el aullido del animal, mas preguntándose y anunciándose, que solo tú, Negro, sabes mi destino, y así le jaloneaba a su amante con tono de sinfonía sepulcro. Despierta Panchito, sueño del muerto te ató, amor mío despierta, me encuentro sola, mientras el perro seguió aullando lleno de la calle como ya atrapando a alguien, mientras ella siguió jaloneándole, amor mío despierta, acaso sueño del muerto te ató, mientras Panchito seguió sin mas despertarse con su sueño eterno. Mientras ella iniciaba a sentirse sola, como que su cama desde ya iniciaba a infriarse, mas volteándose para todos los lados estaba, y ya, con ganas de llorar o gritar, al ver que su amante no se despertaba, mientras el perro, mas no aullaba, sino estaba ya ladrando como aun delincuente o asesino, ya como atrapándole, y ella siguió entre tenieblas, es en eso, escuchó los pasos de un caballo, donde de inmediamente le terminó los nervios a su cuerpo y su sangre se enfriaba, mientras ella, con oído a su esquierda huyó con atención preguntándose, quién podría ser o estar pasando por la calle, y los pasos del caballo no mas se huyó, donde ella se quedó en silencio sin mas respirar, pues en ese silencio, tocó alguien a la puerta y ella botó tan rápido a la sábana y puso mas atención y preguntándose, oí bien o estoy sorda, y otra vez tocó, mientras el perro estaba ya atrapándole con sus ladridos a alguien, es donde ella se preguntó, si fuera mi amado esposo, Negro lo recibiría con cariño, pero, quién podría ser, pues en eso, parecía que al perro le dio como una patada, así el animal se corrió con su aullido lloroso adolorido, y mas si huyó unos pasos extraños. Y otra vez tocó la puerta, mientras ella estaba jaloneándole a su amante, amor mío despierta, que maldito sueño eterno te ató, mientras su amante no mas despertaba, entre esa textura de ahogo y temor se preguntaba, será que mí amado esposo regresó de su viaje, y así dio una palmada y nada, susurró de su oído, Panchito...., amor mío, despierta, no te quedes dormido, alguien está tocando la puerta. Es donde su amado con voz tosca llamó Céjara, Céjara, pues ábreme la puerta, y ella, dio volantin de su cama, mas ya llorando, y a la vez jalonenado a su amante para que se despertara y contestándole al viajero, amado esposo, espérame un momentito, espera que me ate la sandalia y la falda. Mientras los vestidos y la sandalia estaban texturándose, como en conflicto con el calzón, por los celos, es donde ella dio volantin hacia su delante, por la trepadera y alcahueta de su calzón, ya delirando por el temor, sin mas poder hacer nada, entre esas texturas, y sobre esa oscuridad como ya enseñado. Es donde el viajero dio una patada y la puerta se abrió y así entró, siendo él, todo rústicó, mas tropesándose con su propio bastón de acero, y ella, entre esa textura de ataduras corrió a recibirlo, arrastrando su vestido, donde él lo empujó como a un trapo, ella, sin mas sentir el dolor entre ese temor dijo, amado esposo, porqué regresaste, no habías viajado, y él no lo huyó, mas dijo toscamente, enciende la lámpara, así él botó su poncho sobre encima del batán y se sentó, mas lanzando la botella del trago y rústicamente toseó, mientras ella se paró en la puerta, pensándose, que su amante ya se escondió. Y el viajero otra vez pidió que encendiera, mientras ella se hacía o se demoraba, en eso él empujó a ella y pasó hacía su cama y se sentó en la esquina, mas sacándose las botas y lanzando hacia el rincón, y así dio un jiro como rapando a la cubrecama, y tocó un cuerpo, mas se levantó tan rápido, y encendió su lámpara a pilas, y vio que un hombre estaba desnudo, mas volteado su cuerpo, y ella encendió la lámpara, y el viajero volteó la mirada hacia su amada, y lanzó hacia el espejo aquella lámpara de a pilas con una furia, donde a la vez se recordó de los comentarios de sus amigos, quienes le hablaron de su infidelidad de su amada, y era cierto, donde ella corrió bajando la cabeza mas mirando a los pies, a quién nunca lo había mado, y se lanzó como atrapándole con sus dos brazos, y atándole de sus.... ........... continuara. Autor: Francisco Lope Rojas Protegido bajo las Leyes.
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