DE TANTO MIRARLA LA MIRO LA MIRO
Publicado en Apr 01, 2012
La miro y es bella.
La observo de nuevo y también es bella. De tanto mirarla termina siendo bella. Es espejismo, no en el desierto, en mi destino. Es mi destino donde bebo todas las aguas menos el agua solemne de su mundo voluptuoso. Es bella, igual a cuando uno mira de fijo el sol. Belleza lastimando. ¿El cedro de aurora germinando en su sangre cuánto amor podría darle ? Puedo amarla con la intensidad de un desahuciado de sed. Su rostro, su espalda, sus glúteos, sus piernas, su corazón que bombea y su corazón que no me quiere, su páncreas, sus intestinos, su hígado – el amor es generoso y da para amar también las vísceras – y el etcétera de sus órganos, tienen el encanto de una diosa iluminando el alma del deseo. Las aves son de trigo, se asustan van hacia otro sembrado, por el que la veo pasar : El horizonte se torna dorado al llevar a sus labios el pan de cada día. De tanto mirarla la miro, la miro.
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