LA ALFOMBRA
Publicado en Apr 10, 2012
Papá tejió su alfombra voladora con hilos de telaraña y nos convidó a subir para emprender juntos el añorado viaje. Lo miramos dudosos. El perro llamaba desde ella. Papá trepó para darnos confianza. Durante el otoño tejió la alfombra. Recelosos, uno tras otro subimos, abuela con su paraguas bajo el brazo, esperando que abuelo hincara la punta de su bastón en algunas partes de la alfombra; mamá, la última en subir, con sus agujas de tejer. “Por si acaso”, advirtió, mirando a papá.
La alfombra resistió y remontamos montañas, lagos, ciudades. Ninguno quiere bajarse aunque nos incomoda la estrechez. Llevamos varios días de vuelo. Papá amenazó con destejer la alfombra antes de que lo arrojáramos al volcán. El resto de la familia sigue unida. No logramos ponernos de acuerdo respecto al lugar que visitaremos al regresar a tierra. Mamá teje otra alfombra por si a estas alturas vuelven a presentarse disgustos entre nosotros.
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Silvia Grimaldo Vlez