ENTRE VERSOS Y AZUCENAS
Publicado en Apr 11, 2012
Escribir,
no es tan difícil, no creas, amiga mía. Sólo tienes que expresar, en unas cuantas palabras, lo que has visto tú al pasar y como lo has entendido. Apretar entre tus dedos un lápiz o lapicera y dejarlos deslizar sobre una hoja cualquiera. Pero si nunca lo hiciste no te apenes ni lamentes. Alguien ya lo hizo por ti como un juego o una canción. Mejor vive, mi amiga, vive. Porque vivir es difícil y es más bello que soñar. SIN PALABRAS Frase de un solo verbo y un solo gesto. Di una sola palabra, la que yo quiero. Di que busco su huella en un camino sin marcas, en un camino sin rastros, donde han regado mis lágrimas. Lágrimas que han surgido desde mi llanto callado, que han nacido de repente, en un amor sin palabras AZUCENA CARMONA La encontré una tarde al doblar la esquina. Estaba tal cual. Con su cara de asombro y esa voz tan suya pronunciando las palabras con todas las "eses". No la podía confundir, pues tenía esa sonrisa y esa tierna manera de mirarme a la cara y a los ojos. Hablaba con pausa, como si acariciara las palabras. Y recordé esas manos, de uñas cuidadas. Estaba tal cual. Usaba sus lentes. Sonreía igual. No sentía miedos, ni tenía edad. La encontré una tarde, al doblar la esquina, con su llanto callado guardado en la piel, con su risa de niña y su ternura a cuestas. ¡Era mi maestra! La dulce Azucena de aquel quinto "B". POEMA Amo la cuna temprana de las flores, la soledad que vaga en mi camino, la luz que roza mis pupilas y el cotidiano andar de las canoas. Amo a la hiedra que abraza los balcones, las corolas de plata de la luna y el clamor del silencio en los rincones. Amo tus ojos, tus años, tu dulzura. Amo tus manos, el peso de las plumas y a la gaviota, en plática nocturna. Amo a la sombra que guarda tu contorno, las voces de las cuerdas que no duermen, la espada que hiere mis anhelos y las rutas de mi alma en que se pierden. PALABRAS Y qué puede saber de mis palabras este oído sordo de la vida. Si mi boca está casi enmudecida. ¡No! No me pidan palabras. La selva que contiene mis latidos, cercada de campanas, languidece. Y esta inicial del verbo se parece a un ademán dormido. Oh, noche, con espinas decorada, devuélveme la letra lastimada con tu sentir vulgar. Yo ya tengo la voz enrarecida de pedirte, vencida, que no me hagas hablar. UN MUERTO De mi mundo eres eco. De mi mar, caracol. De mi amor, un espejo que ya no alumbra el sol. Sólo guardo los recuerdos, que no me causan dolor y en mi ilusión hay un muerto, que yo creía mejor. COPAS Anoche, una copa, tu mano. Tal vez, la de ella. Otra copa. La misma en que viertes mi llanto, bebido en dos copas. Hoy muero, me muerdo los labios, sin copas. Hoy tengo las manos vacías y busco tu boca. Mañana, quizás, otra mano me brinde su copa y en ella me beba, también yo, tus lágrimas, tal vez, en dos copas. AMOR QUE FUE Te amé como ninguna, sin prejuicios. Bebiste de mi boca, dulce vino. Tu ternura en mi piel, se me hizo vicio. Mi locura por verte, un desatino. Y encendiste tus ojos en los míos en la mañana gris de aquel encuentro nos tomamos las manos junto al frío, nos quitamos de encima, lo de adentro. Qué fácil es amar, cuando se ama. Qué fácil sonreír, cuando lo miras. Qué fácil es vivir, cuando respiras ... Qué tonto es el amor, cuando reclama. ... Qué sabio es el dolor, cuando lo pierdes ... y lloran esos ojos, que son verdes. SONETO PARA AZUCENA Cuando ella me pidió que yo escribiera sobre el amor, en rima y con medida, un soneto que oliera a primavera, por un momento, me sentí perdida. Si encontrara a la luna, que se esconde. Si hallara una gaviota, si pudiera. Si tal vez, alguien me dijera dónde buscar las alas, los besos, la quimera. Quizás, si me contaras Azucena, por qué la vida está llena de dolor, por qué escapa de mis versos, el amor. Si yo pudiera mitigar la pena, hacer que nazcan flores en la higuera, le cantaría al amor, por vez primera. OTRA COSA NO TENGO Aquí estoy, con toda mi presencia, mi alma gris, mi corazón herido. He filtrado mi luz por la existencia, sin encontrar el mundo que he querido. Yo no sé dibujar porque pretendo, trazar la voz, nunca la boca. Las cosas, son aquellas que comprendo y a veces, mi razón resulta poca. Un pájaro es su vuelo. Y es la risa, canto de fe, raíz de olvido. Es murmullo del aire, la brisa. Es recuerdo del viento que ha sido. Jamás pude lograr la geografía de este pequeño mapa de mi mano y en él sigo buscando, todavía, los ríos del amor, pero es en vano. Llevo en mi ser, la voz callada. Pues tengo el temor de ser oída. Todo lo alcancé, no aferré nada. Otra cosa no tengo, ni he tenido. HACIA MI MUERTE Hoy siento que las horas se acaban, desmedidas. Y que los días huyen, acortando a la vida. Yo quiero que mi muerte se parezca a tus brazos y que la muerte tuya, se parezca a la mía. Y qué harás con tus sueños, con tus ojos, con tus alas de gorrión a contramarcha, volando por el sitio, donde no quieres estar? ¿Y qué harás con tus tardes, con tus ganas y con esa melodía de tus labios, derrotado en pleno vuelo, sin nadie para jugar? ¿Y qué harás con tus manos sin caricias, del no sé, del no te vayas, del no puedo, del no quiero, del qué hacemos, del no estoy, de los silencios, del pasado y el mañana? ¿Y qué harás, si al despertar una mañana, ya no estoy, ni tengo ganas, ya no quiero, ni me importa, si te quedas, si te marchas, si me besas, si me buscas o me dejas? ¿Qué haré yo, si cuando vienes no te quiero o tengo prisa, no te escucho, ni te beso, no te siento, ni deseo que me busques nunca más? Porque puedo soñar he sentido tus besos sin rozar siquiera tu boca. Sin que tú lo supieras he podido ser tuya y he dormido en tu cama respirando tu aliento. Porque puedo soñar he inventado un amor como el de los cuentos, donde podemos amarnos sin tiempo, sin frenos, ni culpas y darnos mil besos, una y otra vez. Porque sólo en los sueños, tú puedes ser mío, pues no eres de verdad. Hoy cae la nieve sobre los almendros amontonando el frío entre mis dedos. Pero una llama me ha estallado adentro, haciendo una hoguera con mi cuerpo, que me lleva hacia ti sin que me veas, para amarte con ganas de que sea, mi amor una breve primavera. Y las caricias nacerán como las flores, mi boca será el fruto que devoras y un oasis de amor serán tus labios para el monte sagrado de mi pecho. ¡Y el verde nacerá como en las hojas! Cómo quisiera escribir, cual Neruda en su crepúsculo. O en las olas de Alfonsina que hacen su nido en la arena. ¡Quiero meterme en el mar a esperar a que tú vengas! Cómo quisiera escribir como lo hacen los poetas y acorralarte en las letras de una palabra cualquiera, que se llevara a volar de una vez, todas mis penas. Cómo quisiera soñar que soy esa golondrina, que junto a Bécquer colgó sus nidos en un balcón, para ponerme a llorar sobre el amor, que no tengo. ¡Cuánto te has ido madre y cuánto te has quedado! A pesar del vacío que ocupa tus espacios. A pesar del dolor, del recuerdo y la ausencia. Mas tu muerte no es muerte, yo sé que eso no es cierto, pues la vida no muere, es vida en movimiento, es la flor que respira ahora de tu aliento, es la savia que nutre tu energía en la tierra. ¡Cuánto te has ido, madre y cuánto te has quedado! Yo voy a encontrarte siempre. donde fluye la vida. La suma de las horas es decisiva. Monocordes instantes que terminan. No hay piedra ni rosal que sobreviva cuando el cosmos absorbe la ironía, la efímera memoria, la luz y la caída. ¡Qué libertad la mía! Parida en un altar de arbitrios desmedidos, donde todo se va, al fin de cuentas. Perseguidos de sombras van los días, acechando en las cosas cotidianas. Me vencerán, lo sé, en un descuido, cuando el aire se sacuda de lobos y palomas. Anoche desperté soñando con tu piel, respirando tu aliento. Y tú me apretujabas con esos brazos de terciopelo y en la red de tus besos me quedé atrapada. Tu boca sabía a miel y a caramelo, en esa magia de soñar y estar despierta . Y viva me sentí como ninguna, doblegada ante ti por causa de la luna. Odio a la noche por ser ella, el recuerdo de un amor hecho destierro. Pero la amo también, cuando me mira con esos ojitos de luna traviesa. Amo a la aurora porque en ella, renace la vida con sus horas. Pero la odio porque, sin saberlo, le robó la luz a las estrellas. Amo a las flores blancas porque se parecen, a las alas de un ángel cuando vuela. Amo al sol, al embrión de la semilla. Amo a Dios, por ser el todo y lo perfecto. Pero lo odio también porque me ha dado, una mente tan ciega y tan pequeña. Con alguien como tú yo podría vivir, aunque no me quisieras. Y hasta podría morir sin saber de llanto ni dolor. Porque tienes un ángel que puebla tu cariño y en tus manos me traes lo mejor de la vida. Porque tan sutil serías, aún si no me amaras, que sería la forma más perfecta de amarme. Porque no sé vivir de otra manera y no puedo morir por más que quiera yo nunca me conformo desde adentro, con renunciar a aquello que yo siento. Porque lo tengo todo y nada tengo, dejo seguir al mundo y me detengo a imaginar que todo he conseguido, hasta las cosas aquellas que he perdido. Pero he de conseguir lo que persigo, pues habré de luchar por lo que es mío. Cuando huiste de mí. ¿Acaso pensaste que me habías mentido? Y cuando me besaste. ¿Sentiste que podías fingir que no eras mío? Yo voy a defraudarte, si crees que he creído en todas tus palabras. Pues sé que he sido tuya mil veces, en secreto, aunque a mí me negaras, al verme, tu sonrisa. Discúlpame amor mío, no quise descubrirte. Sólo quise decirte que sabía, que tu amor es tan fuerte como el mío, pues no necesita de nada, para amarme. Salvaje como fiera, extraviada en los montes, descalza y entre espinas, te he buscado y buscado. Hay trozos de mi cuerpo que de a poco he dejado, para hallarte dormido entre miles de estrellas. Y hasta quise ser ave solitaria y sedienta, para cruzar los mares y las tierras desiertas. Recostada en la playa con mi piel en la arena, he buscado tus huellas. Pero el sol me despierta, yo te espero y no vienes. Intentando escribir, he descubierto el timbre de tu voz, en cada beso y el grito de mi piel, que desde adentro, reclama tu calor, pero en silencio. Intentando olvidar, he descubierto un manantial de vida entre mis venas, que estalla de emoción, cuando te veo. Intentando creer, he descubierto que soy tuya otra vez, pero en secreto. Tengo ganas de arrojar a toda la gente a la basura, de olvidar lo que soy y lo que siento. Tengo ganas de hacer lo que no puedo, de escaparme corriendo del mundo y mis parientes. Tengo ganas de trepar sobre mi hastío, de andar a contramarcha, de morir, de ser esclava, y por causa del amor ser señalada. Tengo ganas de gritar y estoy callada, de reírme de mí, a carcajadas, ¡Y todo, por culpa tuya! Ya no más, estoy cansada de esperar a que amanezca, de doblar las servilletas, de golpear todas las puertas, de saluda, de reírme, de parecer satisfecha. ¿Será el verano que llega? ¿Será el calor que me agobia? ¿O es mi boca, que se seca? Ya no más, estoy cansada de remar contra el torrente, de sumar, de sacar cuentas, de hacer de todo por nada. Ya no más, aquí me quedo. Quiero aguardar esa estrella que rescate mis tristezas con lucecitas de cielo. ¿Adónde vas amor con esta lluvia, que acongoja la piel de los veranos? ¿Es el amor así o es la tristeza, la que me estruja el alma cuando pienso, que ya no estás y tengo miedo , de empaparme de amor y de recuerdos? ¿Adónde estás amor, con tanta lluvia que penetra de golpe, en esta tierra, tan seca por el sol como mis labios? Deshice una granada entre los dedos para darle color a las estrellas. Busqué una flor y le quité los pétalos, para que volaran perfumando el viento. Me acuné con grillos en la medianoche y entre aquellas sombra la luna me hablaba, para que escuchara las cosas tan bellas que cuando no duermo me gusta soñar. Y abrigué en mi vientre la ilusión perdida para que durmiera conmigo, otra vez. Te busco en la espesura de la noche y en el suave reclinar de los juncales. Te imagino descalzo por la arena, pisando caracolas bajo las estrellas. Te sueño recostado en los trigales, oyendo el silencio de los pastizales. Y te veo trepar en las colinas, para decirle adiós a los crepúsculos. Y me siento por ti tan invadida, que deseo escapar, caer rendida, o colgarme en los hilos de la lluvia. CAZADORES DE SUEÑOS (1988) (Premio SALAC, en el centenario de Bomberos Voluntarios) Va recortando silencios, a su paso, la sirena. Lleva en sus alas latiendo, minutos que son de arena. Escombros que llanto son. Vendaval que se los lleva. Agua. Fuego. Lodazal. Cenizas de amor, que quedan. Son cazadores de sueños, tal vez, diría el poeta, al verlos trepando al cielo por peldaños que atraviesan los abismos del infierno. Son soldados que no irán jamás a ninguna guerra, porque su lucha es amor y el coraje, su bandera. Han cambiado su fusil por un hacha, una escalera, una manguera, una red, una palabra de aliento o un dolor que no se ve. Allí donde nadie puede, llegan siempre los bomberos luciendo como medallas sobre el pecho, cicatrices. Escombros que llanto son. Caracoles de humo negro. Agua. Fuego. Lodazal. Cenizas de amor, que quedan. UN ANGEL PRESTADO Yo voy a contarte sólo una leyenda de un ángel prestado que llegó a la tierra. ¿Recuerdas muchacho? Tenías una hija, cuando vino ELLA. Después vino el otro golpeando a tu puerta. No te diste cuenta, que sólo dos eran. Que eran dos hermanos y un ángel prestado. ELLA vino, acaso, para que la vieras, para que sonrieras un rato, a su lado. ELLA era perfecta pues era un regalo, que Dios te había dado, hasta Nochebuena. No sufras, muchacho, no llores por ELLA. Recuerda sus manos, nunca estaban quietas. No es tuya esa niña que tú crees muerta. Tuviste dos hijos y un ángel, prestado. DEFINICIÓN DE ARTE Intentando saber lo que es el arte, he llegado hasta Dios. "Cataclismo del ser que se plasma en un sol, modelando el amor con la sola ilusión". Algunos sí lo entienden. Otros lo usan como adorno o lo llaman "mercancías". ¿Para quién sirve el arte? ¿A quién llega el artista? ¿Es acaso importante modelar en arcilla? ¿Representar una obra en las tablas de un teatro? ¿Escribir tantos versos o crear melodías? ¿Qué pretenden con ello los que enseñan la técnica, de plasmar en la tela, en papel o en la piedra, todo un mundo de sueños? Y al final, la respuesta, la tenía yo adentro. Para mí, lo importante, es crearse a uno mismo, es sentirse tan vivo y sembrar la semilla que uno lleva consigo. No importa mucho ahora, si alguien más, no lo entiende. Si al final de los días no morirás del todo. Hay cosas que se quedan a esperar que amanezca. Son cosas que florecen, todavía, en la tierra. Son cosas que perduran, a pesar de las guerras. Despierta ya, criatura, no te dejes vencer por la derrota. Lo vivido pasó y lo que has logrado, nunca es, ni será definitivo. Despierta ya, criatura, porque el nunca, es tan sólo una palabra, el siempre es apenas un deseo y el todo, en realidad, nunca se alcanza. Despierta, porque el hoy te pertenece por entero, el ayer ya no está y el mañana no es más que una esperanza. Mas no te detengas jamás en un instante, porque la vida es la suma de momentos que deberás multiplicar, a tu manera, si es que vas a vivir hacia delante. El mundo está colmado y sin embargo, aún queda un lugar para el recuerdo, aún puedo volar con fantasías hasta inventar un cielo en el infierno. El mundo es tan pequeño y sin embargo, habitado en los sueños se ve inmenso. El mundo que no vemos, es más que eso y sin embargo, ausente lo presiento, con el alcance humano que yo tengo. Pero el trozo de mundo en que me muevo, me ha bastado y me sobra por completo, para albergar en él un mundo nuevo, con espacios sin límites impuestos y sin barreras para el pensamiento. Atrévete a vivir tal como sientes, debe ser el amor que te haga libre y sea dueño de ti como ninguno. Atrévete a soñar despierta, a trenzar tus cabellos con el viento sin aguardar a un sol que te despierte. Remonta el barrilete de tus miedos para decirle adiós, mientras se eleva. Atrévete a pulsar en esas venas aquello que tú quieres que suceda. Atrévete a vivir enamorado y a vibrar en las cuerdas de tu tiempo. Atrévete a vivir sin sacar cuentas, sin preguntas, ni remordimientos. Pero hazlo ahora, en este instante, pues los amaneceres pueden terminar y a veces, la noche se hace eterna. No entiendo ya nada de las conclusiones que saca mi mente. No sé qué es pasión, ni qué rebeldía. No entiendo más nada de lo que me dicen si no es el lenguaje secreto del alma. No sé si me duele o me da alegría, lo que dicen otros, cuando no comprenden cosas que son claras. No sé por qué llora aquel que no siente ni por qué no muere aquel que no vive No entiendo más nada de lo que es la vida, ni qué es la amistad, ni qué compañía. Ya no estoy segura de quienes me quieren, si ni yo me veo adonde estoy, a veces. No sé si es valor esta forma mía de enfrentarme a todo. No entiendo más nada de sumas, ni restas, pues siento que adentro me estoy dividiendo. No entiendo el silencio porque sé que, a veces, en silencio me hablan. Y las cosas simples son las que parecen que yo busco en vano. Y las más pequeñas son grandes, inmensas, pero sin embargo, nadie lo comprende. Yo podría darte, quizás, un poquito de todo el paisaje de mi geografía. Podría robarle, un minuto al infierno que vive conmigo cuando tú te alejas. Podría contarte, las ganas que tengo de hallar ese puerto lejano, contigo. Podría brindarte, un jirón pequeño de aquellos momentos que pierdo soñando con tus manos tibias, que hoy están vacías. Pero cuando pienso, lo mucho que cuesta salir de tus brazos, cuando tú me besas, me quedo muy quieta frenando el impulso, para no perderte de nuevo, después. Palabras y más palabras cayendo a plomo en el pozo de los silencios. Palabras que repetimos. Palabras que fueron vida y a veces, muerte. Vida que no pedimos, pues nos vino regalada y que de un sorbo bebemos con el alma encarcelada entre miedos y rutinas. ¡Quiero internarme en el mar! ¡Quiero huir como Alfonsina! NO IMPORTA No importa quien sea el que golpee a mi puerta. No importa si tiene sombrero o bastón, pantalón o babero. ¡Quién se cree que es para interrumpir mi inspiración o lo que sea! Él tiene su camino, que no use el mío. Porque si regresa, picaré su carne y beberé su sangre de una sola vez. No hay lugar para nadie en donde estén mis pies. A CATAMARCA Hermana pobre, de sueños largos. Hoy quiero oír tu gorjeo de pájaro al son alegre de las guitarras. Hoy llegó el día. La uva se hizo vino. Ven, a festejar conmigo. Quiero que se oigan bajo tu suelo los pies descalzos de calchaquíes, junto al camino que hiciera el Inca en su porfía por ser de aquí. Hermana linda de ojos pintados como tus cerros, de azul morado, de marrón claro, de verde y blanco. De amarillento y de colorado. Hermana mía, quiero a tu gente con esas manos de piel caliente. Tejiendo ponchos, cociendo el barro. Bordando sueños con hilo y lana. Porque tu gente es gente de esas, brazos abiertos, de mente sana, como lo era Doña Palacios cuando sembraba por todas partes, esa tristeza de las vidalas. Hermana pobre de sueños largos, tienes la boca llena de voces, zambas y versos. Tienes los valles, tienes los ecos, tienes la Cuesta del Portezuelo, la virgencita que hace milagros. Tienes las ganas, tienes tatuajes de piedra y rocas. Tienes coraje y eres hermosa. ¿De qué nos sirven las cosas vanas? ¿No ves hermana que aquí no se oyen ya las campanas? Ya por las plazas no andan palomas. Y en los senderos no hay majaditas negras ni blancas, lamiendo el verde del pastizal. Por eso hermana, no te lamente. Lo tienes todo, no pidas más. MAESTRA CON ALAS Allí está ella, la maestra con alas, que entre luces y sombras, como pájaro guarda su fuego entre las aguas. A veces, nos confunde con un gesto muy serio y esa mirada dura, que nos taladra el alma. Pero ¿Sabes niño? No dejes que te engañe. Pues guarda su ternura bajo llaves de papel que siempre se abren. Y tú podrás hacerla sonreír, ahogarle las tormentas, con el simple crepúsculo de tu mirada. Y hasta romper su corazón si le muestras tu tristeza. AGRADEZCAN Agradezcan aquellos que hoy me enfrentan, que mi tiempo es escaso para ellos. Agradezcan que tengo, todavía, la sangre muy poblada de emociones que me dan esta paz, que siempre llevo, por delante de todas mis reacciones. Agradezcan aquellos, que no tengo ni tan sólo un minuto para verlos, porque vivo pensando en la manera de saltar las vallas y cruzar las cercas, de trepar los muros por mi cuenta. Agradezcan aquellos, que no puedo demorar a este mundo que me espera, para darles batalla a campo abierto y aplastar su victoria contra el suelo. DIALOGANDO Desde aquel que es mi rincón veo a la gente pasar. Y por alguna razón, alguien llega a mi lugar. Y así me pongo a charlar a pesar de lo que digan, pues nadie me va a cambiar lo que soy o lo que siento, por más defectos que tenga nadie contagia en su asiento, ni sus penas ni sus glorias, tan sólo con el aliento. Prefiero la compañía de la gente que es directa, aunque su vida no sea un camino en larga recta, a aquella que va escondida a sacar alguna intriga, en cada conversación. Tal vez, se sientan mejor de manejarse en el mundo con tanta imaginación, sin saber que así me brindan a mí la gran ocasión, de no sentir nunca nada cuando les miro a la cara. Siento adentro carcajadas y no es por casualidad, sino de ver cómo ignoran el valor de una amistad. Y por eso es que prefieren enredarse entretejiendo, la maraña con que cubren su manto de soledad.
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Marcelo Sosa Guridi
Te dejo un abrazo, y espero que no te moleste la sugerencia, que no pasa de tal.
Saludos!