Viejos preceptos
que hicieron tanto daño
se alzan de nuevo cuál coléricos monstruos
devueltos al presente por un mar
que arroja fuego, las más primarias algas,
el hombre que jamás debió llegar.
Viejos preceptos, rosarios que son cadenas
para dañar, causar castigo, en las espaldas más serenas.
Vuelve el mundo de la rabia, la fiereza en los dedos,
el odio en la mirada, nuestra sociedad alimentada
durante decenios por el sueño de un estado de bienestar
jamás coronado, firme e imperecedero, pues fue fiasco,
ahora regresa al negro poder del fascio, hoy los mercados,
la carga de la deuda sobre los flacos, hundir en la miseria
a la clase del trabajo que con tanto esfuerzo logró derechos,
la bestia de ese capital que siempre arrasa,
en una borrachera de intereses ha dicho basta.
Y ha regresado desnuda, en su forma más encarnizada....
veremos camisas negras guardando el orden,
soldados en cada esquina, gases contra los estudiantes. Miserables
y más miserables.