A Margarita Debayle, R. Darío
Publicado en Apr 30, 2012
Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar; yo siento en el alma una alondra cantar: tu acento. Margarita, te voy a contar un cuento. Este era un rey que tenía un palacio de diamantes, una tienda hecha del día y un rebaño de elefantes. Un quiosco de malaquita, un gran manto de tisú y una gentil princesita, tan bonita, Margarita, tam bonita como tú. Una tarde la princesa vio una estrella aparecer; la princesa era traviesa y la quiso ir a coger. La quería para hacerla decorar un prendedor, con un verso y una perla, y una pulma y una flor. Las princesas primorosas se parecen mucho a ti. Cortan lirios, cortan rosas, cortan astros. Son así. Pues se fué la niña bella, bajo el cielo y sobre el mar a cortar la blanca estrella que la hacía suspirar. Y siguió camino arriba, por la luna y más allá; más lo malo es que ella iba sin permiso de papá. Cuando estuvo ya de vuelta de los parques del Señor, se miraba toda envuelta en un dulce resplandor. Y el rey dijo: —¿Qué te has hecho? Te he buscado y no te hallé; ¿y qué tienes en el pecho, que encendido se te ve?. La princesa no mentía. Y así dijo la verdad: —Fui a cortar la estrella mía a la azul inmensidad. Y el rey clama: —¿No te he dicho que el azul no hay que tocar? ¡Qué locura! ¡Qué capricho! El Señor se va a enojar. Y dice ella: —No hubo intento; yo me fui no sé por qué. Por las olas y en el viento fui a la estrella y la corté. Y el papá dice enojado: —Un castigo has de tener: vuelve al cielo, y lo robado vas ahora a devolver. La princesa se entristece por su linda flor de luz, cuando entonces aparece sonriendo el buen Jesús. Y así dice: —En mis campiñas esa rosa la ofrecí: son mis flores de las niñas que al soñar piensan en mí. Viste el rey ropas brillantes, y luego hace desfilar cuatrocientos elefantes a la orilla de la mar. La princesa está bella, pues tiene ya el prendedor en que lucen con la estrella, verso, perla, pluma y flor. Margarita, está linda la mar, y el viento lleva esencia sutil de azahar: tu aliento. Ya que lejos de mí vas a estar, guarda, niña, un gentil pensamiento al que un día te quiso contar un cuento.
Página 1 / 1
Agregar texto a tus favoritos
Envialo a un amigo
Comentarios (0)
Para comentar debes estar registrado. Hazte miembro de Textale si no tienes una cuenta creada aun.
|