7
 

Perro silencioso ante el ladrón huyendo  por la ranura de la chapa.
 
8
 

Luego de tu desnudez, mi cuerpo renace como piel de la serpiente cuando hechizó a Adán y Eva.
 
 
9
 
Los perros ladran, don Quijote. Es porque no son mudos, Sancho.
 
10
 
De vaso en vaso escapa la gota, de la amenaza del sol rojo hundiendo su daga ensangrentada de luz, sobre la bebida de llantén.
 
 
11
 
Bríndale la oportunidad a la cáscara madura de conducirte por la reconditez del universo.
 
12
Ven, corramos por las calles de este barrio y arrastremos tras de nosotros el infinito.