CAPTULO 3X-Y
Publicado en Jun 13, 2012
Una uña escarba el escritorio hasta palparle a los vacíos del universo modulaciones las cuales le sentencian a la demagogia del azul extrañas formas cimentadas de nubes inconclusas para el desarraigo de la turbia mirada de ronroneos siderales. El olor a ajo salta del paladar al olfato de apéndices incrustándose en el cieno donde se hallan guardadas señales primitivas entre ellas el verde más verde de la primera hoja seca brindada por el origen del mundo. Nadie escapa del pocillo proveniente del agujero negro del tinto. En un cuarto veintisiete sillas rodean a veintisiete hombres quienes jamás en sus vidas se han sentado hombres de axiomas por proyectarse entre el vidrio recubierto de imagines de niños y niñas saltando sobre el trompo hecho de agua de mar donde barcos de todos los tiempos navegan espoleados por cetáceos y pequeños peces devoradores de unicornios sirenas antílopes suicidas de mujeres jóvenes resaltando sus senos eróticos ante la miseria humana. Son millones están en la fila de los ángeles pocos son los llamados a pertenecer al reino de los demonios. Dios y el diablo fijos en un rincón del alba observan de frente a cada uno de sus discípulos los cuales se atribuyen así mismos su alter ego sin atribuirle a ningún omnipotente sus facultades premonitorias del bien o el mal. El jamás lima su osamenta con excremento del mito de la sombra delineada en el pergamino acusado de pertenecer al siglo del pensamiento corroído. Algo salta a la vista de mujeres desnudas quizás sea el eje suelto del planeta tierra las hembra se tapan su monte de Venus no es justo dejarse penetrar por este elemento impregnado de lujuria la tercera mujer de este conglomerado voluptuoso lanza miradas de escorpión a su alrededor hasta quedar todo en calma una brisa sopla rostro a rostro la vida el peligro de fecundación se ha superado la heroína sonríe mientras las más libidinosas le despliegan miramientos de odio. Hoy es sábado con un ayer sin suceder y un mañana imputándose la circunspección de la entelequia. Todo es bello como algo no entendido ante el espejo recóndito donde flota el hilo del cordón umbilical. Sonidos tras el cuero. Alguien arrastra el cuero entretanto una hormiga deposita en su mirar el paso del anciano cargando en su pensamiento cetrino la madeja de cuero para ser transfigurado en jabón propicio a una barba de siglos trashumada por instantes tejidos con lágrimas de miel. Nadie se agita. ¿Y por qué han de hacerlo…? Quizá hoy sea miércoles por esto todo acierta en las aguas serenas. El grillo respira el mundo de la tortuga la cual inhala el caparazón llevado a cuestas por el fogonero de los cuatro vientos exhalados por el bosque donde se halla la ardilla pendiente del tigre listo al salto contra la mariposa de mil colores. Sigue el camino aunque no se sabe hacia dónde. ¿Quién? Poco importa. Sigue el camino sabe el destino. Sigue el camino sin importar la meta. Sigue el camino inusitado de los pingüinos. Sigue el camino porque sigue sin importar el camino. La rivera escaldada reverdece al paso de quien sigue el camino. El reflejo palpita mientras la imagen anuncia desde la hondura del cristal la fogosidad del ánima tentando a seguir su luz a la vela a punto de apagarse. Celulares en manos de los discípulos ante la mirada recriminatoria de Jesucristo. Pedro y Juan el Bautista miran de soslayo a Judas quien a la vez le anuncia a María Magdalena la última nueva de la cruz. Solo la madera biche escucha la palabra del profeta. Todos están ansiosos de la floridez de los dos leños. La crucifixión es importante para el perfeccionamiento de la balada cristiana sin ella todo está perdido. Santificado sea tu nombre. En el monte la astucia predestinada espera glorificar el porvenir de la estolidez humana. Santificado sea tu nombre. Dios lo lleve a descansar antes del tercer canto de la gallina. Santificado sea tu nombre. De pronto un grito de la recién nacida da la orden al guía de detenerse en la octava estación para bendecir la penúltima cena. ¿Aún está?
De la novela surrealista MARTES DE NUNCA LLEGAR Caicedonia junio 9 de 2012
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Umberto Senegal
La sustancia del lenguaje es su materia prima. Ya lo sabemos. No es fácil decantarle el sentido al lenguaje y trastornarse con la palabra para no dejar por fuera de lo irracional, de lo ensoñado, de lo intuido, todo cuanto hace parte de la normalidad expresiva en lo narrativo o en lo poético.
Seguir adelante con su novela es el compromiso con los demonios de la palabra.No hay caminos. Hay abismos. No hay comprensión. Hay poesía. No hay mundo: solo Cascadas de polvo. Que sigan creciendo sus demencias ahora que vuelve al pequeño universo de la biblioteca y el computador, ahí, en su árida tierra, esa Caicedonia inhóspita para la literatura y los poetas como usted.
Nos acompañaremos, tomándonos un café y comiendo del pan que tanto nos agrada, mientras los centenares de libros nos observan...