El espejo
Publicado en Jul 26, 2009
EL ESPEJO
Acaso sea esta lámina plateada eterna e inmóvil, una plegaria repetida, pues refleja desde hace muchos años tan solo el estribor aburrido de una estantería. Pero no ha sido vana su existencia pues ha podido devolver muchas vivencias: tanto la gracia del niño, haciendo muecas como la dicha de la mujer, que la niñez deja. Él ha denunciado discreto y silencioso en la negra caballera la invasión de las canas plateadas, reflejando patético y sincero las arrugas que depositó el otoño, en las caras. Se cuajaron en su rígida superficie plana las ansias, los goces y las lágrimas. Pasajes de la vida suya que tutela con calma a pesar de ser tan franco y no tener alma. De ser amigo muy querido en tiempos buenos acaso es reprochado en los feos, el sigue ahí impávido y sereno no tiene edad, para él no existe el tiempo. Guarda celoso en su entraña de plata carcomida la imagen del abuelo en tiempos mozos, de mi madre la noble belleza y lozanía de mi, de mis hijos: de todos, un poco. Allí está esperando del poeta que lo llame y como Cristo a Lázaro, le diga con los versos enternecidos de un poema: despierta, amigo que tu cara aún brilla.
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Stella Maris Sanhueza