Yo, mi pap y un supuesto neonazi en el ftbol.
Publicado en Jul 16, 2012
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En el puerto donde nació mi padre se organizaba el Día de la Comunicación Internacional. Se contaba con la presencia de grandes personalidades internacionales y nacionales del cine, la farándula y el deporte. Los dos mejores equipos infantiles del puerto, después de jugar un partido amistoso, podrían saludar al Rey del fútbol: Edson Arantes do Nascimento: Pelé. Mientras lo esperaba, mi Teddy tuvo que soportar sus nervios y  las ráfagas de saliva de un famoso locutor deportivo que en cada inicio de un partido decía: ¨A todos los que quieren y aman al fútbol, los saludo¨. Lo vio llegar, con un traje blanco que combinaba con su piel negra. Le pareció un enorme gigante hecho de ébano. Cuando lo saludó, sus vellos se estremecieron de la emoción, mientras  su mano se perdía en su manaza. En la ducha, él cubrió con una bolsa de plástico por una semana su pequeña mano que había sido tocada por el gran jugador de fútbol, según mi papá,  para que no se perdieran las vibraciones que le había pasado al saludarlo. Además, tuvo la ilusión de llegar a ser como él.  Creo que la ilusión se quedó en su niñez, ya que yo jamás lo he visto jugar, pero si he ido con él a ver un partido de fútbol que me dejó un impactante recuerdo cuando tenía cinco años: un jugador extranjero desde media cancha tomó la pelota cerca de su pie izquierdo, con dos quiebres de cintura pasó a un defensor y al portero del grupo contrario para empatar un partido importante de nuestro equipo ¨Werder Bremen¨ que en ese año salió campeón de  Liga y de la Copa alemana. Todos los espectadores se levantaron de su butaca como un resorte a festejar la anotación. Mi papá me subió sobre una de ellas para  gritar el gol que representaba el campeonato. De repente vi dos enormes brazos envolver el cuerpo de mi padre en el cuerpo musculoso y corpulento de un hombre rubio, quien supuse quería asesinarlo, pues en aquellos tiempo de campeonato se empezaba a formar una nueva generación nacionalista con su espeluznante imitación de copiar a la perfección a sus ídolos nazis que enviaban a las madres  e hijos juntos a los hornos, porque  según los celadores, era inhumano soportar que uno de ellos llorara la muerte del otro. Así que los neonazis empezaban a quemar algunas  casas con familias enteras de extranjeros. Este grupo ya se estaba reflejando a lo largo de las calles en los semáforos de un pequeño pueblo de Alemania, los cuales fueron pintados de blanco, rojo y negro con las siglas de un partido, representado por la sangre aria, el honor, la patria y el trabajo que necesitan los agresivos jóvenes desempleados del supuesto ¨Cuarto Reich¨ que logró sentar un par de legisladores en el parlamento reclamando alegóricamente  que ¨ Alemania es para los alemanes¨ y ¨África para los changos¨. Además estos hechos criminales eran más frecuentes, no solamente ante la pasividad ciega de los políticos, sino también de la institución de seguridad pública, la cual, se decía, estaba sirviendo como base de entrenamiento en estrategias de guerra y el uso de las armas  a estos militantes. Estos acontecimientos hicieron salir nuevamente ¨el sentimiento de culpa¨ en los ojos lacrimosos de una pareja alemana, que tuvieron que cancelar unas vacaciones cerca de ese pueblo donde se podían encontrar, entre cerveza y un asado, festejando por un ¨feliz holocausto¨ a las cabezas rapadas, de cuya agresión contra los extranjeros,  los amigos  alemanes no querían exponer a mi padre, quien inquieto por mi mezcla de sangre zapoteca, africana, francesa, española y alemana, reflexionando,  decidió darme la oportunidad de tener otra nacionalidad que me permita el chance de tener la seguridad de ser cobijada entro los brazos de mi familia mexicana, como se sintió mi Teddy esa tarde en el estadio, festejando el gol  con el alemán quien; por suerte, traía escondido entre sus mangas de la camisa un tatuaje sobre su blanco brazo, iluminado con letras negras que formaban una frase con dedicación a los neonazis: ¨Yo también soy extranjero¨.
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Foto del autor Carlos Campos Serna
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Descripción

Yo tambin soy extranjero

Palabras Clave: Mundo globalizacin

Categoría: Cuentos & Historias

Subcategoría: Relatos


Creditos: Carlos Campos Serna

Derechos de Autor: Carlos Campos Serna


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Carlos Campos Serna

Juan, esta historia son recuerdos de los 90... Algunas cosas han cambiado desde entonces. Hoy se habla más en las escuelas sobre esta historia nefasta de Alemania.

Saludos
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July 17, 2012
 

Juan Herrera

Aterradora tu narración porque nos lleva a la terrible xenofobia actual que entre alemanes es delicioso plato para el recuerdo de sus crímenes. Me recordó el holocausto y sus nefastas consecuencias para la humanidad. Bien escrito a pesar de su contenido político y racista. Saludos.
Responder
July 17, 2012
 

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