Verte caminar e imaginar todas las virtudes que recorren tu cuerpo de pies a cabeza.Leer tus ojos, cada párrafo lleno de sentimientos, de caricias y ganas de algunos besos.
 Tomarte la mano y dejar que nuestras almas sean una, que nuestras palmas disfruten uno de esos besos que nadie puede presenciar.
Caminar por un camino lleno de pasado destruidos, contrarrestando el dolor del camino con una suave brisa que le sienta bien, a esa sonrisa por la cual soy egoísta.
Quítate los zapatos y escalemos un árbol. Pisando aquellas promesas de amores juveniles, aquellos contratos firmados con cuchillos, aquellas promesas de amor eterno convertidas en aquellas mentiras hechas de corteza.
En vez de regalarte las sobras que dejan las abejas después de un dulce polen. Te daré los pétalos que solían  conformar mi vida, haz que florezca de nuevo sobre aquella tierra marchita, aquella tierra alimentada por cenizas de un cigarro contaminado de versos y los residuos de mi cuerpo otorgado por varias noches bohemias.
Si el cielo existe probablemente sea en vida, tallemos en jabón la llave del paraíso. Abre lentamente tus piernas que te plantare las semillas de un futuro juntos.
Si el cielo es gratis, es porque jamás me cobraste por tu amor.
Luis Felipe Hernández Buitrago
       Sombra Oscura