Deseo encontrar el espacio donde poder encontrarte, escuchar la pasión de tu corazón que bombea idealismo y libertad. Ver tus venas abiertas y transitar el cause de tu voz que grita, que canta, que reclama, que susurra secretos de otros tiempos. Poder entender la música en el compás de tus ojos, en las caricias de tus dedos que desatan las cuerdas que alguna vez intentaron amarrarte. Poder caminar de tu mano y que despeines con un soplo nuevo mi mente hacia otros horizontes donde apuntar el dedo, donde anclar por fin en tierra firme.
Seguirte tras la huella que dejas en la arena y dejar que tus misterios se muevan a mi alrededor, que llamen, que inviten, que insiten, que vuelen... Tanto tiempo ha pasado para mí creyendo algo equivocado y tú en aquel lugar existías, respirabas con los pulmones abiertos las fuerzas del viento, masticando la injusticia de aquel hermano que nunca se perdió como parte del paisaje.
Y en la fibra más sencilla de tu ser quedarme a urgar en tus recuerdos, tu historia, tu nombre suspendido en el infinito más lejano, interno y profundo. Mirarme en tu espejo y saber quién soy para por fin dejar de buscarme en este mar de minutos que pasan sin poder ser recuperados.