SIN ELLA... YO NO SOY NADA
Publicado en Jul 28, 2009
Casi sin dar evidencia de mi patética presencia esa mañana, entré directo a mi oficina con una taza de café negro en la derecha y mi maletín en la izquierda. Ni siquiera instalé mi laptop, y me senté tan abruptamente que derramé un poco de café. No pude evitar demostrar mi malhumorada reacción mientras limpiaba la pequeña, pero molesta mancha con un pañuelo desechable que saqué a tirones del bolsillo del negro y largo abrigo que traía sobre mis hombros. Comencé a beber el milagroso brebaje esperando con esto, evitar que el sueño me venciera y me hiciera definitivamente, caer sobre el escritorio a media mañana debido al maldito insomnio que no deja de apoderarse de mí cada noche, haciéndome caer en manos de alguna que otra copa para evadir esa sensación de angustia que lo acompaña.
Cerré durante unos segundos mis cansados e hinchados párpados tratando de recuperar la calma y recordar a medias lo que era dormir… soñar. Volví a mi realidad de Gerente al momento de sonar el inesperado y desagradable ring del teléfono que anunciaba mi inevitable asistencia cada día a este tedioso trabajo. Escuché la dulce y sensual voz de mi asistente, con un interminable listado de demandas y reuniones que de golpe llenaban casi por completo mi agenda del día. No pude evitar mirarla a través de la puerta de vidrio que me separaba de ella, seguí escuchándola sin interrumpir. Pasaron un par de segundos de silencio mientras seguía observando sus movimientos. Cómo acomodaba sus cabellos y trataba de cubrir un poco más de su tentador escote. No dudé un segundo antes de preguntarle si nos podíamos ver esa tarde después de salir de la oficina. Entonces volteó lentamente hacia mí y pude notar una leve sonrisa, que casi no interfirió con la expresión de sorpresa que invadió su rostro. Sólo colgó el teléfono y se puso de pié. Al momento de recoger un par de carpetas arregló su falda a la altura de sus anchas y sensuales caderas. Sin pensarlo, me puse de pié y caminé con paso firme hacia ella. La tomé por la cintura y acerqué su cuerpo fuertemente hacia mí. Su reacción inmediata fue tratar de alejarme, a lo que seguido de mi insistencia, cedió y se entregó para ser presa de mis besos y caricias. Escuché sus suaves gemidos, su fuerte y profunda respiración. Tomé sus largos y suaves cabellos hasta inclinar su cabeza y besar su delgado cuello. Mis manos con voluntad propia, desabotonando su blusa se apoderaron de sus pechos para luego besarlos con ansias. Sentí que su perfume invadía mis sentidos por completo, sus manos acariciaban mi pecho y con impaciencia bajaban hasta encontrarse con mi sexo... entonces perdí casi la conciencia para entregarme por completo a su voluntad. El suave, pero insistente golpeteo de sus rojas uñas en la puerta, que con su transparencia acusaba mis más retorcidos pensamientos, me despertó de un salto. La miré y le hice una seña con la mano para que entrara. Me puse de pié para colgar el abrigo aún sobre mis hombros al tiempo que ella enumeraba cada una de las reuniones que comenzaban interminablemente dentro de veinte minutos. Al no escuchar respuesta alguna a sus preguntas, por primera vez su tono de voz subió de intensidad al pronunciar mi nombre: Mariana! ¿me escuchas? Ya ni siquiera pones atención cuando te hablo… ¿qué pasa contigo? Cada día estás más distraída, ya no sé si soy la Asistente que necesitas. La miré... sólo pude sonreir y decirle que sin ella… yo no soy nada.
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Claudia Riquelme
Cariños de LaNegra
Jorge
Claudia Riquelme
Creo que me he sonrojado con tus palabras, millones de gracias.
saludos y cariños de LaNegra
Richard Albacete
UN ABRAZOTE Y CINCO ESTRELLAS BIEN GANADAS RICHARD
Claudia Riquelme
Saludos de LaNegra
Claudia Riquelme
Cariños,
LaNegra
karla barquero arroyo
Arturo Palavicini
Felicidades.
Nos seguimos leyendo ;)
Arturo
Claudia Riquelme
Saludos y cariños de LaNegra
JUAN CARLOS
Besos y cariños..
Juan Carlos..