Sobre la candente arena de mi playa tropical te he conocido,
quedé de tu imagen de sirena prendado y de tu visión cautivo.
De ahí es que vivo en la cruel dulzura impuesta por Cupido
de atardeceres idos con sensaciones nuevas sin estar contigo.
 
Tu imagen en su desnudez espléndida que no sabe de cortejos,
dócil se deja abrasar por el cálido sol de mi tierra tan amada
mientras con un dejo de niña consentida me niegas el gran placer
de darle a tu cuerpo de mujer ¡toda mi ternura apasionada!
 
Huir permaneciendo de tu imagen seductora es ahora mi destino,
de mar y arena son los besos cuando imaginando vivo estar contigo
la brisa del océano se convierte en la caricia con la que no atino
recorrer la morbidez de tus líneas, extraviando en el viaje los sentidos.
 
Frente a tu imagen en esta playa de pesares con altivez me arrodillo
cubriendo y desnudándote con la mirada y al ver tu piel tan adorada
en la cercanía lejana como mi destino, se envuelve en humo mi mirada
y con pesar para mis adentros reconozco... ¡Que es de arena mi castillo!