VIAJANDO CON MONJAS
Publicado en Aug 31, 2012
"UN VIAJE CON MONJAS" Por allá en los años que existía el ferrocarril... De Medellín a puerto Berrío en mi Colombia; viajaba en el tren de palito (así le decíamos) en compañía de 33 monjitas de la caridad que por la gracia de Dios y sin proponérme, me tocó en su compañía. Al pasar por el túnel de Cisneros las monjas se santiguaron invocando que no se encontraranel Diablo y no supe por qué razón también me santigüé y, me dio un tremendoes calofrío por todo mi cuerpo. Aún temblando llegamos a Puerto Berrío.Yo iba para La Dorada ciudad donde vivía y las monjas iban para Bogotá a pagar una promeza al Señor de Monserrate. Llegamos de noche. Preguntamos en la estación por otro medio de transporte y nos dijo el jefe de estación que ese era el único, que por el río era más demorado y que el proximo tren que venía de Santa Marta llegaba a las 6 de la mmañana. Nos jodimos dije yo y la madre contestó con una bendición santiguándose tres veces. El jefe de estación nos hizo un ofrecimiento inesperado: Madre superiora, veo que tienen prisa y que andan cortas de dinero para pagar un hotel para 33 personas, por eso me permito ofrecerles llevarlas gratis hasta el puerto de La Dorada, pero tienen que viajar incómodas. No importa buen hombre, estamos dispuestas al sacrificio, todo se haga por nuestroseñor. Este tren de carga sale en media hora, el tren lleva un vagon de rejas con vacas viejas tetonas para el matadero, el otro vagón va vacío y allí pueden viajar. dijo el jefe. ¿Yo también puedo subir? pregunté. Sí señor, le sirve de compañía a las monjitas, contestó. Todos subimos de prisa, nos sentamos en el suelo, las monjas comenzaron a rezar:padre nuestro, ave maría, luego a cantar: cantemos al señor, jesus está aquí,etc. Desde muchos años atras no escuchaba plegarias y rezos. Me hicieron recordar la misa de mi matrimonio cuando el cura me autorizó ya argollado, para bajarle loscalzones a mi novia. No sé porque me dio un mal presentimiento que me obligó asantiguarme para desecharlo. Llevávamos muchas horas de viaje y ya amanecía, cuando escuchamos el pito constante de la máquina: joo! joo! joo! y los frenos que chirriaban, joo! joo! joo!, y el tren se contenía hasta que craás se estrelló... empezaron a votearse los vagones delanteros, un a uno,luego el vagón de las vacas, que por el peso de ellas se desbarató y vacas volaron al cielo... Por un milagro, nuestro vagón no se volteó. Pero lo insólito fue que me sentí apabullado,33 monjas unas muy bonitas casi me ahogan, se agarraron de mí y se volcaron encima pidiendome ayuda. En mi imaginación siempre pensaba, si ellas por usar el hábito tan largo, usaban calzoncitos bonitos de mujer. NO! tenían calzoncillos de algodón de esos que usaba mi abuelito y largos hasta el tobillo, de amarrar en el dedo gordo del pié! Una a una las cargué y las bajé. Las senté a un lado de la carrileray estábamos rezando... cuando sentimos que del cielo caía algo... ...Con la velocidad que traía el artefacto dejaba como una estela de humo y, producía un silbido atronador. La COSA cayó a un lado de la madre superiora, ella la cogió en sus manos, la acarició y, levantando la mirada al cielo esclamó: ¡RECEMOS POR EL ALMA DEL MAQUINISTA!! ¡ERA LA TETA DE UNA VACA! CHUMBIMBON, Manizales agosto 31-012
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Jorge Luis Cervantes
Un abrazo para el amigo Hector
Héctor Restrepo Martínez