Casa Tomada
Publicado en Sep 03, 2012
Ya desde su titulo Casa tomada , el genial Julio Cortázar nos anuncia una invasión, quizás una guerra, no es casual (casi nada lo es ) que una de los personajes del relato se llame Irene -en griego <<la que ama la paz>> La solidez y fuerza del cuento reclama con frecuencia un primer párrafo conciso, certero y justo que defina con precisión la acción y los personajes, unas pocas( pero a la vez suficientes )líneas que recreen la atmósfera envolvente que lleve al lector al punto de entrar en una espiral de lectura imposible de detener hasta la resolución del relato que nos ofrece el superlativo Cortazar. La casa antigua es, además, el mejor receptáculo de la memoria de ese <<nosotros>>, de su infancia, y allí anida la historia -los recuerdos- de bisabuelos, abuelos y padres. Esa casa que opone resistencia, esa casa anticuada, esa casa que es memoria, esa casa que cobija la infancia –y acabará siendo tomada. La pintura inicial de cómo se desenvuelve la vida en la casa es la reminiscencia melancólica de la cotidianidad adecuada de los dos protagonistas, Irene y el narrador, dos hermanos que viven satisfechos y armónicos en esa casa que no es otra cosa para ellos que edén, arcadia y paraíso, todo junto. Ambos permanecen solos en ella, totalmente ajenos al mundo exterior, ignorantes de la realidad de otros, por ejemplo pretendientes que desparecen o mueren; ambos (Irene y el narrador) ocupados casi exclusivamente en mantener una casa a cuya limpieza consagran todo su tiempo poniendo el máximo esmero, método y rigor; en un paraíso perfecto, dos hijos del mismo padre viven ignorando los malos momentos Los protagonistas del libro de Cortàzar no son mas que componentes de un simple, silencioso matrimonio de hermanos que responde a una estirpe que se remonta hasta los tiempos de los bisabuelos y donde por voluntad propia solo les cabe esperar a morir. Esa trasgresión feliz entre los protagonistas convertida en incesto se desarrolla en un mundo cerrado, impenetrable, imposible de ser permeable al exterior, amparado por una imaginaria campana de cristal, una suerte de formidable pecera doméstica donde transcurren las horas, los días y los años. Irene, que pasaba sus horas tejiendo y destejiendo sus chalecos, remite al lector de forma axiomática a la figura de la heroica Penélope; como ella, la habitante de la Casa parece querer paralizar el tiempo en ese ejercicio doméstico. La casa es la efectiva protagonista del relato. Cortàzar a través del narrador se entretiene en describirnos con minuciosidad la distribución de la casa. Se componía de dos secciones absolutamente separadas, el ala delantera y la parte más alejada; ambas se hallaban comunicadas por un pasillo y por una sólida puerta de roble. Como de la nada , de pronto se produce el asalto a la casa, el inicio de la toma; el narrador explica desde la cotidianidad -cuando pone a calentar la pavita, el cacharro donde se hierve el agua para preparar el mate- cómo nota una rara presencia -un sonido casi sordo, un sofocado cuchicheo- en el ala posterior de la casa, en la biblioteca o en el comedor. Cuando esa suposición se vuelve realidad, , la acción se precipita : se lanza hacia la puerta de roble y la cierra a cal y canto. Esa actitud de no pensar les permitió someterse el nuevos status quo, convivir con la ocupación de media casa, consentir como normal y cotidiano la pérdida de la casa que no era otra cosa que historia colectiva y personal, en definitiva, el terruño. Con Casa Tomada, Julio Cortázar nos revela su maestría al convertir una situación que encontramos a diario en una pesadilla. El manejo del impulso narrativo es llamativamente sobresaliente y el tratamiento de los personajes los convierte en parte misma de la casa, un todo en una situación sumamente variable El brillante autor argentino nos plantea un enigma: ¿estaremos nosotros preparados para enfrentarnos a nuestros propios fantasmas, o nos espantaremos como los hermanos de Casa Tomada? Inspirado en una vivienda ubicada en la ciudad de Chivilcoy, Julio Cortazar plasmó un material atrayente que, que aunque no contó con referencias directas, muchos (lectores y críticos ) han interpretado a Casa Tomada como una realización con tintes marcadamente anti-peronistas,( la casa forzada que se describe en el texto no sería más que la retracción de la República Argentina ante el avance del peronismo). Más allá de las interpretaciones que pueda tener este clásico de la literatura las páginas de este libro dejan al desnudo las experiencias de dos hermanos que, ante una serie de circunstancias enigmáticas, resuelven ir abandonando, poco a poco, la antigua casa colonial que desde niños aprendieron a apreciar, cuidar y proteger durante tanto tiempo. Haberse decidido a renunciar, progresivamente, a ciertos sectores de ese hogar de amplias dimensiones los impulsó a elaborar rutinas de trabajo para mantenerlo limpio y ordenado, sin importarles demasiado contar con la sensación de sentirse invadidos. Sin embargo, y a medida que progresa la acción, con el tiempo, esa situación llega a conmoverlos tanto que hasta deciden abandonar por completo esa vivienda que guarda en sus paredes -como un incalculable tesoro --- millones de recuerdos familiares. Por sus particularidades y el valor y alcance que ha cobrado su argumento, puede afirmarse que “Casa tomada” es uno de los cuentos más cautivantes de la retórica argentina .
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