El Otoo del Patriarca
Publicado en Sep 03, 2012
El otoño del Patriarca traza la semblanza de un personaje, el Patriarca, retrato y perfil del dictador, enfermo y atormentado por su propio poder, que vive en un hábitat ficticio de un país al que le sustrajeron el mar. Despótico y desalmado, trueca amores y odios, engaños y traiciones, en la búsqueda de un sentimiento de mando y supremacía, que lo convirtiese en un personaje respetado pero más por temor que por otra cosa y no por sus cualidades personales, por cierto, escasísimas .El final de sus días, sólo y abandonado a su propio destino trata de aferrarse a lo poco y casi único que le queda aunque no le servirá de mucho. Publicada en 1980 y ambientada en un imaginario país situado a orillas del Caribe, la novela de Gabriel García Márquez relata la vida de un opresor que fallece viejísimo, tras haber conservado el poder durante más de cien años. A través de sus recuerdos, el lector se entera de que nuestro superhombre es hijo de una mujer del pueblo, Bendición Alvarado, única persona a quien amó realmente; que siempre ignoró quién resultó ser su padre; que su primera infancia transcurrió en medio de innumerables privaciones (casi la miseria) y que llegó a dictador, después de varias disputas y golpes de estado, acicateado por obra y gracia de los ingleses. A través del relato, se cuenta también las andanzas de su doble, Patricio Aragonés, que perdió la vida en un atentado, vengado cruentamente; cómo su lugarteniente más fiel, el general Rodríguez de Aguilar, acaba entregándole y traicionándole, el ordena que lo maten y guisen y obliga a sus ministros a que comérselo; y cómo ya en su ocaso de la vida terminó casándose con una muchacha joven privada de su libertad, Leticia Nazareno, la única mujer que consiguió llevarle al matrimonio; también ésta y su hijo pierden la vida en un atentado, a cuyos autores se encarga de perseguir José Ignacio Sáenz de la Barra , quien, como anteriormente el general Rodríguez de Aguilar, gobierna con mano dura y finaliza sus días brutalmente asesinado y mutilado durante un levantamiento azuzado por el mismo dictador, que siempre le temió Ya en los últimos años de su vida, la debacle financiera del país y el gravísimo endeudamiento que sufría el país ,lo obligó a ceder incluso el mar a los "gringos". Toda su vida es una constante penuria para mantener el poder, y todo lo que hace para lograr ese propósito, lo hace sin miramientos ni la mas mínima muestra de piedad ni arrepentimiento, pues "el único error en el que no puede caer ni una sola vez en toda su vida un hombre ungido de autoridad y mando es dar una orden que no esté seguro de que será cumplida". Sus reprimendas son crueles y terminantes, ya que "todo sobreviviente es un mal enemigo para toda la vida". Se resiste a pensar en lo que vendrá después de él porque "ya lo verán, decía, se volverán a repartir todo entre los curas, los gringos y los ricos, y nada absolutamente nada para los pobres... porque éstos estarán siempre tan jodidos que el día en que la mierda tenga algún valor los pobres nacerán sin culo". Al final, "más solo que nunca", sucumbirá de muerte natural y lo encontrarán medio devorado por los gusanos. El autor pretende transmitir a sus lectores la huella de soledad que embarga al dictador y de mostrar las atrocidades a que puede arrastrar a un pueblo un poder desmedido, sin límites. Los hechos se refieren en primera persona, tanto por parte del dictador como por otros interlocutores de la novela que toman individualmente la palabra sin solución de continuidad. Esto y la escasez de puntos (ningún punto y aparte, más allá de los de final de capítulo), provocan que la lectura resulte muchas veces para nada sencilla. Sin embargo, el autor, con su estilo lúcido y deslumbrante, consigue plasmar un relato pletórico de vivacidad y colorido y hacer llegar su mensaje al lector. Gabriel García Márquez ha declarado más de una vez que El otoño del patriarca es la novela en la que más tiempo trabajó y esfuerzo invirtió. Sin lugar a dudas, García Márquez ha cimentado una maquinaria narrativa pulcra y perfecta, casi ideal que desmenuza una historia universal –la agonía y muerte de un dictador- en forma constante, casi cíclica experimental y real al mismo tiempo, en seis bloques narrativos sin diálogos, y como quedó dicho, sin puntos y aparte, repitiendo una anécdota siempre igual y a la vez siempre distinta, acopiando hechos y descripciones deslumbrantes. Novela escrita en Barcelona, entre 1968 y 1975, El otoño del patriarca permite asomar en su trasfondo el suceso más significativo de la historia española de aquellos años –la desaparición física del general Francisco Franco–, aunque su contenido y estilo sean, como siempre en este escritor, el de la sorprendente realidad latinoamericana que García Márquez ha encumbrado una vez más a la condición del mito.
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