Grandes Esperanzas
Publicado en Sep 04, 2012
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Coincidentemente con el fin de la Gran Guerra, el escritor alemán Herman Hesse (1877 – 1962) publica en 1919, una de sus novelas más notables: Demian, la que escribiera entre los meses de septiembre y octubre e 1917.Durante la Primera Guerra Mundial, Hesse fue consignado a la ciudad de Berna, donde su tarea era colaborar con los prisioneros de guerra. Es precisamente, durante este tiempo que comenzó a advertir que era victima de una especie de crisis existencial, relacionada con la muerte de su padre, la delicada enfermedad de su hijo y la demencia de su esposa, por lo que fue exonerado de su lugar de trabajo y obligado a someterse a una terapia psiquiátrica. Su analista se llamaba Carl Gustav Jung, quien le hizo descubrir un mundo absolutamente nuevo para él. Hesse amplió y desplegó así su imaginación y además cada vez más decididamente fue detrás de objetivos y valores espirituales, los cuales suplieron a los tradicionales. Carl Jung, influyó de manera superlativa en la obra Demian. En la novela se desarrollan muchos de los conceptos y de las enseñanzas que Jung inspiró en Hesse, El nombre que Hesse eligió para su protagonista fue Emil Sinclair, justamente ese era el seudónimo con el que Herman firmaba sus obras. Demian describe la historia de Mil Sinclair, un pre-adolescente que vive en Alemania justo antes del inicio de la Primera Guerra Mundial. Ya desde .las primeras paginas de la obra queda suficientemente claro el hecho de que Sinclair pertenece al mundo de la luz, de la religión, de lo sugerido en esa época “correcto”, Aún así, también Hesse deja en claro la idea de que Sinclair se avenía de cierta manera con el otro mundo, el de la oscuridad, lo vedado, como de hecho le suele ocurrir a los adolescentes de todas las tiempos. Sinclair describe a la criada la describe como un ser perteneciente al mundo de la luz cuando estaba en su casa, pero también le atañía al mundo antagonista, ya que ella le solía narrar historias de cuatreros, borrachines, prisiones, entre otras cosas. El encuentro que Sinclair tiene con Max Demian, es el primer hecho significativo dentro de la novela, ya que Demian lo preserva y lo pone a salvo de una persona del mundo oscuro y adverso. Allí es cuando Sinclair comienza a experimentar una gran exaltación e idolatría por Demian, quien tiene una gran influencia sobre en él, debido a la forma que tiene de observar y percibir el mundo, oscilando entre el bien y el mal. Por la mitad de la obra podemos ver una especie de desviación o descarrilamiento de Sinclair, quien abandona en cierto modo la senda del “Buen Mundo” para adentrarse cada vez más y más en la oscuridad. Por otro lado, se produce el encuentro entre Sinclair y Pistorius, un ex clérigo que vuelve nuevamente a enseñarle a Sinclair que existe un mundo de luz y un mundo de oscuridad y que si bien son adversos, ambos se complementan y coexisten. Se puede ver una analogía entre Pistorius y Demian, ya que ambos tienen una forma muy singular de ver el mundo, reconociendo el hecho de que existen dos mundos y que ambos están relacionados. Así como Demian, es una influencia muy importante en la vida de Sinclair, pIstorius también lo es, y es él quien lo introduce y acentúa la curiosidad que Sinclair siente por el dios Abraxas, quien es mencionado por primera vez cuando Demian le escribe una nota diciendo: “El pájaro rompe el cascarón. El cascarón es el mundo. Quien quiera nacer, tiene que destruir un mundo. El pájaro vuela hacia Dios. El dios se llama Abraxas”. Emil Sinclair, que no es otro que el mismísimo Hesse, navega entre dos aguas, dos mundos perfectamente establecidos y que, por si fuera poco, eran sustancialmente antagónicos. Un mundo lleno de luz, en donde se enrolaban su familia, la religión, el orden, la escuela, las prácticas burguesas; y, un mundo tenebroso poblado por la sumisión, historias sombrías y patrañas de escándalos. Los dos mundos muchas veces se enmarañan y entretejen, incluso en la certeza de la vida hogareña del pequeño Emil. Entre los otros temas planteado por Hesse en Demian encontramos el de la subsistencia de un linaje, la prosapia de los elegidos. La novela “Demian” está impregnada de las disciplinas psicoanalíticas junguianas. No pasa mucho tiempo hasta que imagina a este personaje como joven juicioso, ecuánime, espiritual y pronto se convierta en amigo inseparable de Emil, que se aleja de Kromer. Emil es retraído, timorato y aún no ha descubierto su auténtica personalidad. Esa bipolaridad que siempre lo marcó desde la infancia también marcó sus decisiones. Demian de Herman Hesse es una novela de formación para guiar a los jóvenes en su tiempo de búsqueda, de preguntas muchas veces sin respuesta y de desasosiego. Como siempre, Hesse nos introduce a un mundo de auto-conocimiento espiritual donde lo místico termina siendo el eje que rige la novela. Sus personajes se pierden, o están extraviados, sin embargo entrevén que debe haber una senda de salvación, de luz y positivismo , pero están dispuestos a recorrer un camino espinoso para llegar a descubrirlo. Eso sí, si consiguen alcanzarlo, serán redimidos. Aunque no todos lo logran. ¿Lo logrará Emil Sinclair?



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Foto del autor Fernando Rafael Pineda
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Descripción

Palabras Clave: ecunime juicioso mstico espiritual

Categoría: Ensayos

Subcategoría: Anlisis



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