Platero y yo
Publicado en Sep 04, 2012
¿Quién no recuerda ese adorable animal pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera que se diría todo de algodón” ? Sin lugar a duda, esa historia lanza en forma completa en 1917 pronto se convirtió en un clásico de la literatura debido a su perfil humilde y espontáneo que cautivó siempre tanto a un niño como a un adulto. A través de esta narración llena de alegorías, Juan Ramón Jiménez el autor español nacido envuelva el 23 de diciembre de 1881 convirtió a tantísimos lectores en testigos de la vida, andanzas y muerte de Platero, un personaje que, a través del tiempo, se transmutó en un ser mítico capacitado para conmover y deleitar a lectores de todas las edades.Plateroy yo (elegía andaluza )es conocido multitudinariamente en forma abreviada como Platero yo, en esta narración idílica, Jiménez recrea no sin un alto grado de poesía, la vida y muerte del burro `Platero dedicada “a la memoria de Aguedilla, la pobre chiflada de la calle del Sol que me le regalaba moras y claveles” y se presentó ante los lectores en el formato de breves capítulos. El fragmento que sirve como puntapié inicial del libro, es frecuentemente indicado como lectura forzosa en los establecimientos escolares de habla hispana: “Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro.” Platero y yo fue publicado en 1914 por la editorial La Lectura , de Madrid, en una clasificación de sesenta y tres capítulos, efectuada por el propio autor en su colección Biblioteca Juventud, este hecho sumado a que el prólogo se titulara Advertencia a los hombres que lean este libro para niños" estimuló la creencia que se trataba de una obra para niños, por lo que fue indebidamente encuadrada en el género de la literatura infantil En más de uno de sus capítulos se refleja una cierta crítica social, concediéndole a la obra una hondura que el autor no escatimó esfuerzos en reflejar y que sin embargo gran parte del público tardó en advertir . El mismo Juan Ramón, en un breve prólogo a la edición aclaraba: “Yo nunca he escrito ni escribiré nada para niños, porque creo que el niño puede leer los libros que lee el hombre, con determinadas excepciones que a todos se le ocurren”. A medida que el lector se adentra en la historia, descubre que a este tierno burro de ojos negros le fascinan las frutas y se apasiona por trotar por la campiña rodeada de flores. Las historias que se nos cuenta, se vuelven reflexiones sobre la vida, la enfermedad, la muerte y la vida placentera de Platero y Yo. El vive todas sus aventuras con Platero y con nadie más. Durante toda la obra hace participe al lector de innumerables anécdotas alrededor de un año. Nos confiesa que cuando va paseando con Platero los niños le gritan Loco pero sabe que todos admiran a Platero. Nos cuenta que los niños pasean encima de Platero y siempre el los espanta amenazando y fingiendo como que va a comenzar a galopar y solo esta jugando, nos dice como hay una niña que venera a Platero y siempre esta pendiente de el. Nos habla del doctor, casi veterinario de Platero. El narrador le cuenta todo a Platero, sin ocultarle nada, desde lo que realiza diariamente confesándole sus más profundos sentimientos, en el libro recurre a bastante imaginación para describir todo lo que observan Platero y el narrador, traduce en forma escrita todo lo que piensa y se imagina. Nos habla también del carnaval y de cómo Platero y el no se identifican con las comparsas. Nos cuenta como el narrador y nuestro héroe animal fingen ser Reyes Magos y los niños duermen complacidos después de verlos. También le transmite al lector no poca tristeza cuando habla de varios personajes que de una manera u otra intervinieron en la elaboración de este libro, habla de el Perro con sarna, de el Pájaro que trina, de las golondrinas, de la Novia de Platero, de una Perra que siempre juega con el, hasta de un niño con una mente con pocas luces .Nos habla también de cómo acabaron extinguiéndose las vidas de cada uno de estos. Muere Platero y el narrador al quedarse solo empieza a extrañar mucho e irremediablemente la compañía de su fiel Platero, nos dice como y donde sepultaron a Platero tal y como lo había puntualizado mucho antes el mismo narrador, solo ansía y espera que Platero este feliz en el cielo de los animales si es que el cielo existe realmente y que nunca, jamás lo olvide. Al morir, nada parecía quedar del animal antes sano, robusto y vigoroso. Su panza, antes análoga al algodón, ahora estaba inflada como el mundo y sus patas, tiesas levantadas en dirección al cielo. Aunque resultó irremediable su desaparición física, Platero ya convertido en leyenda, logró inmortalizarse a través de nuestro recuerdo
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Eliza Escalante