Meorias de Adriano
Publicado en Sep 07, 2012
Más allá de analogías y divergencias, lo cierto es que este tipo de relatos se sustenta esencialmente del testimonio a diferencia de la novela de ficción, cuyo punto de partida es la imaginación y la sucesión de hechos ficticios. En la novela histórica el autor parte de un hecho o un personaje (igualmente verídicos ambos) ara construir su narración, y éstos no son siempre el resultado de un arresto de la imaginación, como sí ocurre siempre en el caso de la novela de ficción. En la novela histórica el autor rememora un pasado y lo rehace para presentarlo con herramientas propias, y acaso esa intervención suya subjetiva es lo que provoca la reprobación de los historiadores académicos que le reclaman rigor y fidelidad. A no dudarlo, los designios de la novela histórica difieren sustancialmente de los mismos de los de la crónica o la biografía. Lo suyo es descifrar con rasgo creador aquello que puede contrastarse en la realidad documental, mientras que en el caso de la biografía, por ejemplo, el autor recopila lo que ha sido producto de su rigurosa y exhaustiva investigación, en la novela histórica, en cambio, el escritor ofrece al lector una versión de lo que sobrevino, y eso es precisamente lo que hace Marguerite Yourcenar en Las memorias de Adriano. Lo recrea desde esa realidad probada de donde se origina y que ella aferró de sus indagaciones históricas. El resultado es una autobiografía imaginada que a ella le sirve para empezar a bosquejar su novela y resolver con ésta la profunda inquietud que le produjo una reflexión de Flaubert: “Los dioses no estaban ya, y Cristo no estaba todavía, y de Cicerón a Marco Aurelio hubo un momento en que el hombre estuvo solo”. Ese hombre, cobra vida en el pensamiento claro de Marguerite Yourcenar, y se convierte en una obsesión que la apremia desde el año 1924, cuando ella apenas contaba con veinticuatro años e intentó poner en orden sus ideas en unos manuscritos que en un principio fueron rechazados y que, según cuenta la autora, volvió a reescribirlos en largos períodos de tiempo hasta quedar compendiados a una sola frase en 1934: “Empiezo a percibir el perfil de mi muerte”. Es fácil suponer que esta frase repicará con insistencia en la cabeza de Marguerite Yourcenar y apoyada en su fuerza avanzara sin prisa y sin pausa para reconstruir a este personaje que bien podría delimitarse en el momento histórico al que se refiere Flaubert En esa declaración concebida seguramente para la voz de Adriano está contenido lo que ella intuyó que debía ser la idea central de la novela: una larga reflexión que se hace Adriano sobre la vida, mientras en su condición de enfermo condenado espera la inevitable muerte..”Las memorias de Adriano fue pensado y repensado una y otra vez hasta en sus mínimos detalles por Marguerite Yourcenar. El proceso de gestación del libro le llevó a la escritora largos años. La propia Marguerite Yourcenar: decidió escribir estas Memorias de Adriano en primera persona, para prescindir en lo posible de de cualquier intermediario, inclusive ella misma. Adriano podía hablar de su vida con más firmeza y más sutileza que yo” dijo alguna vez la narradora. La técnica narrativa a la que la escritora recurre en Las memorias de Adriano está asentada en la fidelidad y el rigor, .circunstancia que le facilita al lector adentrarse en el personaje y conocerlo ampliamente con los datos que él propio protagonista suministra. Los admoniciones y las recomendaciones del emperador a Marco Aurelio componen un tratado de filosofía que persuade y que lo empuja a l lector a consumir Todas las páginas hasta la última de este recorrido por el testimonio de una vida que se apaga inexorablemente, y que fue la vida a la que Marguerite Yourcenar quiso rendirle tributo Y levantarle un monumento que no está cimentado de piedra sino de su prosa hecha evocación. Esto escribió Adriano respecto de a enfermedad que le anunciaba su inexorable final El Adriano de Marguerite Yourcenar no es el Adriano que recuerda la historia, sino un personaje elaborado por ella mas alá de Roma y los romanos, mas allá que guarde esmeradamente las apariencias con gran erudición fastuosa, social, histórica y política. Se trata de un libro asombroso por su delicadeza y profundidad, ambientación y: tensión dramática conseguida con matices e ideas, no con movimiento. Poseedor de una extremada ambigüedad mental y erótica y movido por sus pequeños rencores y sus violentas reacciones, que nos muestran a Adriano incapaz de detener la disolución, que él presagia próxima, del mundo en el que vive, están magníficamente plasmados, mas allá de muchas inexactitudes, especialmente psicológicas. Margueritte Yourcenar al escribir .Las Memorias de Adriano ha logrado con singular éxito la nada sencilla propuesta de armonizar la excelencia literaria y artística con el éxito popular más adulador. Su obra Las Memorias de Adriano es merecedora al mayor galardón a que pueda aspirar una obra artística: la de obra maestra. Las Memorias de Adriano son la obra de toda una vida. De hecho, Yourcenar pasó casi la suya entera madurándolas, llevándolas al papel, repensándolas, y terminan brindándole el mayor justificativo a la vida del escritor más exigente. Junto con su otra novela histórica, Opus Nigrum, las Memorias de Adriano no es ya lo mejor de su autora, sino de lo más importante que se ha escrito en este siglo.
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