El Fantasma de Canterville
Publicado en Sep 07, 2012
Una familia de americanos integrada por el señor (ministro de América) y la señora Otis, su hijo mayor Washington, Virginia de quince años y dos gemelos viajan a pasar el verano a Inglaterra, después de haber adquirido Canterville Chase, pese a las opiniones de todo el mundo incluida la del propio Lord Canterville advirtiéndole que aquella mansión se trataba de una propiedad encantada. Un fantasma habitaba la casa desde hacía trescientos años, se trataba del alma escarmentada de Sir Simón de Canterville. Deambulaba por la casa tras evaporarse en medio del misterio nueve años después de haberle quitado la vida a su propia esposa junto al hogar del salón, después de semejante barbarie, allí aparecía una y otra vez una indiscreta mancha de sangre.Sin embargo, los Otis una familia moderna republicana, desoyera esas historias. Sin embargo, a poco de llegar a la casa, Mis Otis descubrirá no sin desagrado la supuesta mancha de sangre, que ordena inmediatamente limpiar ( a pesar de lo cual la mancha asomará repetidamente cada mañana) y esa misma noche, el fantasma realiza su aparición, despertando con el rechinar de sus cadenas a sir Otis, que él ofrece una botellita de engrasador, y a los gemelos que le arrojan una almohada. La pasividad y el descaro de los Otis le exasperan y se siente obligado a escapar. Lleno de ira prepara su represalia, pero sus continuos planes naufragan ante la sangre fría de mis Otis, la viveza de Washington y las jugarretas de los gemelos.El fantasma engañado y sin fuerzas hallará el apoyo de la dulce Virginia. La niña le echará una mano para encontrar el descanso profundo, le conducirá al “jardín de la muerte”, llorando y rezando junto a él. Así consigue que su alma sea indultada y pueda descansar en paz para siempre, al mismo tiempo que la casa queda tranquila y libre de fantasmas. Destacar el singular personaje del fantasma que indignado y herido por el comportamiento impasible de los Otis, se resigna a recordar hazañas pasadas, cuando causaba verdadero terror y a anhelar el descanso que le ha sido prohibido. Arrepentido por sus pecados, el fantasma impensablemente se vuelve tierno y consigue el perdón y el reposo eterno en el “jardín de la Muerte”. EL Fantasma de Cantervielle fue publicado por primera vez en una revista en 1887, y en el, sobresalen ciertos elementos satíricos que lo convierten en un verdadero deleite para el lector. Wilde escoge una pequeña muestra característica de la sociedad norteamericana, la cual se muestra impasible ante los moradores prodigiosos de los solariegos castillos ingleses, cotejando así a la modernidad americana con la tradicional estirpe fantasmagórica europea Sin embargo, la ironía de Wilde no se ajusta a lo “moderno”, ya que caricaturiza a los propios ingleses al plasmar sus reacciones ante las apariciones misteriosas, tan misteriosas como sobrenaturales . Ambas culturas, contrastadas, se evidencian sin atavíos ante la mirada experta de autor. El espectro se encuentra por primera vez en una situación apocalíptica para sí mismo: por más esfuerzo que pone llamar la atención de la pueril e indiferente familia, fracasa estrepitosamente en todos sus intentos Si hasta los traviesos gemelos encontraron una fuente inacabable de diversión a costa suya.Los Otis adoptan una actitud que lo ofende muchísimo al procurar acallar sus actitudes y ruidos obligados de fantasma. Fue asi como recordó a la duquesa viuda, en quien causó una crisis de terror, situándose mientras se miraba al espejo, cubierta de brillantes y de encajes; de las cuatro doncellas a quienes había hecho perder la razón, ocasionándoles convulsiones nerviosas […], del rector de la parroquia cuya vela extinguió de un soplo cuando regresaba el buen señor de la biblioteca a una hora desaconsejable, y que desde entonces se convirtió en víctima de toda clase de alteraciones nerviosas…”En buena parte de la obra confluyen la tristeza del fantasma que lleva trescientos años sin dormir, sin poder acostarse y descansar, más la predestinación y la esperanza implícita en las vidrieras de la biblioteca: La ácida crítica que Wilde realiza al vacío cultural estadounidense, expresado en la inexistente capacidad de asombro, se expresa también en la postura inglesa como evocación hacia el romanticismo gótico del que se sustenta esta obra. Wilde despliega todo su caudal satírico, comparando dos épocas y dos formas de entender la vida muy disímiles recurriendo como símbolos al propio fantasma y a la familia Otis. Mientras que el fantasma, un barón inglés del siglo XVI que había terminado con la vida de su esposa, simboliza la espiritualidad, la muerte y la tenebrosidad propias de otra edad, los Otis representan el progreso, el materialismo y el pragmatismo americanos de finales de siglo XIX. Oscar Wilde lo ilustra espléndidamente a través de las múltiples situaciones que se desarrollan a lo largo del cuento, como por ejemplo cuando los Otis intenta engrasar las cadenas del fantasma, porque este camina por toda la casa remolcando su chirrido, o cuando procuran quitar la mancha de sangre del comedor con un quitamanchas especial, forzando al pobre fantasma a volver a pintarla cada día, días tras día. Tal vez sea El fantasma de Canterville la novela más popular y celebrada de Wilde, que ha engrosado por méritos propios a la lista de obras imperecederas e imprescindibles de la literatura universal.
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Lucy reyes