Crean risa mientras dentro de mi algo se muere de llanto al no reconocer al hombre con el que días atrás compartió sábanas.
Se muere de asco al verte y nada te responde acerca de la causa, lo prohibido invade de inesperado la libertad que desde un principio se negó a ser cohibida. Un panorama igual a la de un mudo que no habla por más que mueve los labios intentando excusarse al sordo que no oye a pesar de su profundo intento de abrir los tímpanos de los oidos.
Ahoga la impotencia de saber que existe algo y no tener la posibilidad de regarlo. Apuñala la angustia de esconder involuntariamente lo más bello del corazón y cerrar así las puertas a la deseada felicidad.
Así despierta la furia y se decide ir por el camino más corto que barrerá de inmediato cualquiel palabra que duela escuchar. "Adiós", respira con cara victoriosa y a cada segundo que pasa se va dando cuenta que el hecho retorna en su contra.
El orgullo se esconde con timidez y mirando de nuevo al oponente, deja hablar a la mirada,  se aprovecha del silencio y tan solo se deja guiar por los gestos que impulsa el corazón.